jueves, 4 de agosto de 2011

Culitos tiernos para un jardinero (XXIX) Parte 5


La famosa prima de Ramón

Al subir al coche después de salir de la casa de las dos hermanas, repasé el papel que me había entregado Ramón, en el que figuraba una clave de alarma, la ubicación del teclado en la casa, una dirección en La Moraleja y dos intervalos de tiempo mañana y pasado y un fin de semana dentro de 3 semanas. Ante la posibilidad de elegir la fecha de mi siguiente locura, me decanté por mañana mismo, ya que 3 semanas me parecía demasiado esperar, y más teniendo en cuenta que las claves de las alarmas se podían cambiar, dando al traste con todo mi plan. Me dirigí esa misma tarde a La Moraleja, para encontrar el chalet cuya dirección me había dado Ramón. No fue fácil, ya que la urbanización no tenía las calles bien indicadas, pero después de un rato dando vueltas localicé la casa. Era una casa no demasiado grande, pero con un jardín increíblemente grande con bonitos árboles y parecía que con una gran piscina a un lado. A un lateral del jardín, cerca de la carretera había un pequeño invernadero al que se podía acceder entre los setos exteriores del jardín. Ese podía ser un buen sitio para acceder a la casa. En el buzón comprobé que figuraban los nombres de la famosa pareja, por lo tanto de momento el chico no había mentido. No había demasiados coches aparcados frente a los chalets, supongo que debido a que todos tenían garajes grandes, sin embargo sí que había unos cuantos, por tanto no pensé que fuese a despertar sospechas.
Entre esa tarde-noche y la mañana y tarde del día siguiente tuve tiempo de preparar mi plan, que consistía en entrar en la casa a una hora que yo considerase que la chica estuviese ya dormida. Tuve que comprar un dispositivo de diamante con chupones para poder romper un cristal sin hacer ruido. El plan lo preparé muy cuidadosamente para evitar problemas con los guardias de seguridad que vigilaban en coche las calles interiores de la urbanización.
Alquilé un A6, le puse placas falsas y vestido de traje y corbata, con gafas y pelo engominado me dirigí hacia la urbanización cuando estaba comenzando a anochecer. Me puse guantes de latex casi invisibles a primera vista para evitar dejar huellas dactilares en el coche o en la casa, metí en una bolsa de deporte negra todo lo que necesitaba y llegué a la urbanización cuando estaba anocheciendo. Me crucé con 2 coches de vecinos a los que saludé cordialmente y ellos me devolvieron el saludo sin sospechar nada. También me crucé con un coche de guardas de seguridad a los que saludé con la mano por la ventanilla, haciendo que ellos me sonriesen, saludándome con un movimiento de cabeza y siguiesen su ronda tranquilamente. Era completamente de noche cuando llegué a la casa y aparqué el coche pegado a los setos de la casa a la altura del invernadero. Tras comprobar que no venía nadie, de un rápido movimiento me introduje entre los setos, llevando la bolsa de deporte negra, quedando escondido de la vista de la casa tras el invernadero. En unos minutos y despacio para no hacer ruido, me cambié de ropa colocándome zapatillas de suela de goma, calcetines, buzo y pasamontañas completamente negros. La ropa la metí en mi bolsa deportiva.
Tuve que esperar escondido hasta la 1 de la mañana en que las luces de la parte de abajo se apagaron y la alarma hizo un destello indicando que ya había sido conectada. Comprobé como una luz del piso de arriba permaneció unos minutos encendida hasta que en torno a la 1 y cuarto la casa quedó completamente sin luz. Sin duda la chica se había acostado. Esperé un hora más para darle tiempo a dormir y era el momento de entrar en la casa.
No fue difícil con el dispositivo cortador de cristales que había comprado, hacer un agujero en un cristal para abrir la puerta. La alarma estaba donde el chico me había dicho y efectivamente el código la desactivó sin problema. No había hecho el mínimo ruido, por lo que con seguridad absolutamente nadie me había oído. En el piso de arriba, localicé fácilmente el dormitorio principal, que por suerte tenía la puerta entreabierta o sea que entré y muy despacio me acerqué hasta la cama, gracias a que la luz de las farolas del exterior entraba por la ventana. Se veía solamente una coleta rubia, un brazo cubierto por un pijama de manga larga y un cuerpo bajo el edredón acurrucado en posición fetal. Sin duda la chica estaba profundamente dormida. Utilizando la pistola de dardos que en su día empleé para mis primeras esclavas, disparé en el hombro de la chica un dardo con una pequeña cantidad de tranquilizante, que según mis cálculos no duraría más allá de 20 minutos o media hora máximo. Inmediatamente después cerré bien la persiana y la puerta del dormitorio, encendí las luces y también la televisión por si hacía algo de ruido y por último coloqué las dos cámaras de grabación en sendos trípodes para cubrir perfectamente lo que fuese a pasar.
Ahora ya no había duda, destapé completamente a la chica y pude ver su cara comprobando que efectivamente se trataba de ella. Tenía drogada e indefensa frente a mí a una de las mujeres más deseadas de España. Llevaba un pijama de seda rosa, con pantalón largo, manga larga y con botones tipo chaqueta. Rosqué la barra de aluminio que traía y con las cuerdas y bridas, até primero sus muñecas juntas por encima de su cabeza y por detrás de la cabecera al somier de la cama, para luego con la barra atada a sus tobillos obligarla a tener las piernas abiertas a la vez que ataba la barra a los pies de la cama para que no se pudiese mover.
Estaba terminando las ataduras cuando la chica comenzó a mover la cabeza con los ojos medio cerrados.
  • "¿Qué, qué pasa aquí?. ¿Estoy soñando?. ¿Qué es esto?", dijo suavemente mirando a sus ataduras.
  • "Hola preciosa. No estás soñando. Es realidad. Soy un admirador tuyo que quiere follarte como te mereces", mientras me sentaba en la cama a la altura de su cintura.
  • "¿Qué?. ¿Pero qué dices?. Estoy atada. ¡Joder, suéltame!. Esto es un sueño. No puede estar pasándome a mí esto", insistía la chica con los ojos ahora ya abiertos como platos.
  • "Me temo que sí te está pasando y que desde luego no es ningún sueño. Te repito. Quiero follar contigo y te he atado para preguntártelo porque no se si vas a aceptar mi propuesta o no. Mi propuesta es follar como locos toda la noche. Sin tabús, sin límites, follar como animales, gozando y haciendo gozar al otro. Voy a hacer que te corras como nunca antes te has corrido. Te voy a comer enterita y quiero que tú hagas lo mismo. Voy a metértela en todas las posturas, por delante y también por detrás, hasta que el último poro de tu piel esté sudando y hasta que caigamos absolutamente agotados. Esto lo podemos hacer por las buenas o por las malas, porque follar vamos a follar como locos. Eso seguro".
En ese momento la chica comprendió claramente mis intenciones y su mente se aclaró completamente por el somnífero, por lo que intentó gritar. Cosa que no le permití, tapando su boca con mi mano y poniendo inmediatamente después una cinta de embalar.
  • "Está bien cariño, tu respuesta ha sido clara. De todas formas si cambias de opinión más vale que me lo digas, porque sino será peor para ti. La verdad es que te podría follar tal y como estás ahora mismo atada, pero tenemos tiempo, o sea que prefiero disfrutar de ti desatada. De todas formas lo primero es verte en pelotas a ver si estás tan buena como parece en las películas".
Lo primero que hice fue abrir los botones de la chaqueta de su pijama, a pesar de que trataba de moverse para evitarlo. Dejé al aire sus pechos, que en esa postura parecía más pequeños de lo que eran, de forma muy redonda, aureolas pequeñas y pezones muy puntiagudos.
- "Las tetitas prometen. Están realmente ricas aunque algo pequeñas para mi gusto", dije sobándoselas unos segundos arriba y abajo.
Con unas tijeras de punta redonda para no pincharle y a pesar de que la chica trataba de moverse y rogaba que parase entre gemidos detrás de la cinta de embalar, comencé cortando sus mangas para quitar completamente su chaqueta y luego su pantalón, dejándola completamente desnuda, ya que no llevaba bragas.
  • "Vaya, vaya. No llevas ni braguitas. Eso es porque te gusta que tu novio te baje fácilmente el pantalón y te la meta bien metida, ¿eh zorrita?. Así me gusta. Tienes un chochito realmente bonito".
Mientras hablaba con ella, mi mano derecha se colocó en la entrepierna completamente depilada de la chica, exceptuando una pequeña línea en el monte de Venus, sobándola arriba y abajo, abriendo sus labios, tocando su clítoris y frotándolo tras mojarme un par de dedos con mi saliva.
  • "Muy pero que muy bonito conejito. Me lo voy a pasar en grande con él. Además depiladito para que esté más a la vista. Eso cariño es porque te gusta enseñarlo, o sea que no te me hagas la estrecha. ¿Te lo come muchas veces tu noviete?".
Ella no respondía y se limitaba a forcejear y tratar de chillar inútilmente por debajo de la cinta de embalar que cerraba sus labios.
  • "A ver cómo está de rico", le dije colocándome sobre ella en posición de 69 y comenzando a pasar mi lengua por su clítoris de forma extremadamente suave. "¡¡Mmmmhhh!!, cariño está delicioso".
Su vagina parecía realmente estrecha y sus labios estaban muy poco marcados. Ayudándome con las dos manos abrí su sexo, para poder dedicarme a lamer, chupar, frotar, magrear y en definitiva jugar con su clítoris. Su entrepierna estaba completamente seca y la chica se retorcía para que la dejase, pero por mi saliva y posiblemente también por sus jugos, poco a poco se fue mojando. Mi comida fue delicada y queriendo que fuese agradable para ella de verdad. Al principio notaba cómo se retorcía tratando de liberarse de sus ataduras y quitarme de encima, pero luego se fue relajando de forma involuntaria y empezó a sentir indeseadamente el placer de mi cunilingus. No notaba como su respiración se aceleraba de forma involuntaria y cómo transcurridos 15 minutos, se retorció nuevamente en sus ataduras, pero esta vez no por tratar de quitarme, sino corriéndose como una loca. Mi comida siguió, arrancando de la chica entonces gemidos de hipersensibilidad hasta que comencé a meter un dedo por su empapada vagina, seguido de un segundo mientras mi lengua se movía a toda velocidad. Eso no lo pudo soportar y se corrió, esta vez aún más violentamente que la primera.
  • "Cariño, tienes el coño más jugoso y más rico que he probado en mi vida y desde luego te gusta que te lo coman. Te corres como una leona".
La respiración de la chica seguía acelerada y sus pezones se veían aún más duros e hinchados de lo normal. La cinta que tapaba su boca, hacía que su respiración se oyese con más fuerza ya que solo podía hacerlo por la nariz.
  • "Bueno preciosa la verdad es que me debo sentir afortunado por poder haber comido uno de los coñitos más deseados de España, pero ahora tenemos que seguir. Ya ves lo empalmado que voy o sea que tú dirás. Estoy seguro que esto te ha gustado, o sea que ¿Quieres seguir follando conmigo por las buenas o no?", le dije mirándole a la cara.
  • "¡¡Mmmhhhh!!, ngg gggoo ", trataba de responder la chica.
  • "Joder no te entiendo. Espera", dije retirando un poco el precinto de la boca de la chica.
  • "Por favor sueltame. Te daré dinero si quieres. Algo tengo en casa, pero basta ya …".
  • "Eso es un no a follar voluntariamente, entiendo".
  • "Por favor no me violes, por favor".
  • "Está bien, como quieras. Pues te tendré que convencer", le dije volviendo a tapar su boca con la cinta.
Saqué de la bolsa de deporte unas pequeñas tijeras que al principio la asustaron mucho, que utilicé para abrir un pequeño agujero en la cinta que tapaba la boca de la chica. Después extraje un biberón de medio litro que había llenado de whiskey.
  • "Dicen que el alcohol libera la mente, o sea que vamos a ver si es verdad", le dije introduciendo la tetilla del biberón por el agujero de la cinta. "Solo es whiskey cariño, o sea que empieza a beber a nuestra salud. Además así vas practicando a mamar un poquito, porque esta noche vas a tener que mamar una cosa más gorda que esta de la que también saldrá liquidito".
La chica trató de resistirse a hacerlo, pero me senté al lado de la cabecera de la cama y sujetando su cabeza, le tapaba la nariz para obligarla a mamar del biberón. Los primeros tragos de whiskey fueron forzados por que le faltaba aire, pero pronto comprendió que no tenía más remedio que beber o sea que iba bebiendo poco a poco. En 15 minutos se había tomado aproximadamente la mitad del biberón. Para evitar que le sentase mal y lo fuese a vomitar, le retiré el biberón y vertí en su boca dos sobres de digestivo Almax, para facilitar la digestión y evitar la acidez que podía dar solo el alcohol en su estómago. Tragado el medicamento volví a colocar el biberón para que volviese a mamar. En la media hora que a la chica le costó terminar hasta la última gota, mis manos se entretenían con el precioso cuerpo de la chica. Sobre todo sus pechos eran la víctima de mis sobadas y pellizcos, que la hacían dar pequeños respingos de dolor. Sus piernas y su entrepierna también eran recorridas metódicamente por mis manos mientras la chica bebía el whiskey. Al principio se resistía más a mis tocamientos, pero terminado el biberón notaba cómo su cuerpo se dejaba hacer sin quejarse por mis pellizcos. Lo único que la hacía reaccionar era cuando la frotaba el clítoris, que gemía de placer.
  • "Muy bien. Te lo has terminado todo. Eres una borrachilla, preciosa. Toma sigue un poquito más le dije sacando un segundo biberón de la bolsa y colocándoselo para que siguiese bebiendo".
La chica iba estando tan bebida que no se enteraba de mis sobadas, o sea que decidí que era el momento de desatarla. Estaría tan borracha que aunque lo intentase no podría salir corriendo. Mientras ella iba dando pequeños sorbos, no se enteraba que la estaba desatando y de hecho cuando la solté completamente siguió manteniendo sus piernas abiertas permitiéndome seguir sobando su clítoris y meter un par de deditos por su vagina, mientras ella seguía gimiendo, cada vez más claramente. Se había bebido ya aproximadamente la mitad del segundo biberón cuando decidí dar el siguiente paso a la vez que quité el precinto de su boca.
  • "Muy bien preciosa. Ahora toma este otro biberón y mama de él", le dije colocándome nuevamente en posición de 69 sobre ella con mi polla a la altura de su boca.
Increíblemente la chica abrió al máximo su boca y comenzó a mamarme la polla de forma increíble a la vez que mi lengua volvía a jugar con su clítoris. Movía la cabeza arriba y abajo mientras con sus dos manos me sujetaba el culo.
  • "Eso es preciosa. Así me gusta a mí verte mamar. Chupa fuerte que no se te salga de la boca cariño".
  • "Mmmmmhh, mmmmhh, je, je, je, está buena", dijo la chica con voz de borracha.
  • "Pues dale cariño que yo sigo chupando esta preciosidad de coñito que tienes. No la sueltes, ¿eh?".
Con cuidado, cogiéndola por la cintura, di la vuelta colocándome yo tumbado en la cama y ella sobre mí. Quería de una vez poder verle el culo y sobarlo libremente. La chica se dejó hacer sin sacarse mi polla de su boca. Mis manos comenzaron a sobar su precioso culo, en el que se notaba claramente la marca de un bikini al tomar el sol. Le daba azotes, le estrujaba mientras mi lengua no dejaba de jugar con su clítoris. Ahora podía ver su pequeñísimo ano provocándome frente a mis ojos. La chica tenía ahora sus manos apoyadas en la cama y movía la cabeza arriba y abajo, haciendo que su coleta fuese a uno y otro lado de su cuello. Gemía a cada azote que le daba dejando marcada mi mano en sus nalgas, pero no soltaba mi polla de sus labios en ningún momento. Sujetando con las manos en la parte baja de sus nalgas, abrí todo lo que pude su coñito, dejando entrever su interior rosado y muy lubricado. En esa postura mi lengua jugaba libremente en su interior y en su clítoris, arrancando continuados gemidos en la chica.
  • "¡¡Aaaaaaaaaahhhhhh!!, qué pasada", gimió la chica al notar como el dedo índice de mi mano derecha penetraba sin resistencia ninguna hasta el fondo de su vagina.
Una vez metido el dedo, lo giré, lo metí y saqué un montón de veces jugando con ella. Cuando se lo saqué completamente estaba empapado en sus jugos.
  • "¡¡Aaaaauuuuuuu!!, ¡¡¡¿Qué haceeeeees?!!. ¡Por ahí no es, que me haces dañoooooo!", se quejó la chica soltando mi polla por un par de segundos al notar que mi dedo se estaba clavando en su virgen culo.
  • "Tú tranquila. Relaja el culete ya verás como te gusta. Y vuelve a seguir mamando cariño".
  • "Es que nunca he hecho nada por ahí. Por favor no me hagas nada por detrás. Seguro que me duele mucho".
  • "Sigue mamando y relájate. No me hagas enfadar rubita", le dije a la vez que con la otra mano la propinaba un fuerte azote en el culo. "¡¡¡Plaaaaas!!!".
  • "¡¡Aaauuu!!".
Increíblemente, la chica obedeció y se dejó hacer. Dejó que mi dedo penetrase completamente en su ano, gimiendo sin parar, sintiendo una extraña mezcla de dolor, humillación y placer. Saqué el dedo completamente de su ano varias veces, volviéndoselo a meter hasta el fondo cada vez más rápido, mientras sus gemidos de molestia iban desapareciendo a la vez que disminuía la resistencia de su esfínter. Una de las veces, en lugar de volver a clavar el dedo índice solo, lo acompañé de mi dedo anular y suavemente comencé a meter mis dos dedos por el culo de la chica.
  • "¡¡AAaaayyyyy!!, ¡¡¡¿Qué me estás haciendo?!!!. ¡¡¡Me duele!!!", se quejó la chica mientras mis dos dedos iban milímetro a milímetro desapareciendo en su culito.
  • "No te quejes tanto, que verás como te terminas corriendo con el culo llenito".
  • "Me hace daño. ¿Qué me estás metiendo?".
  • "Igual así te duele menos", le dije mientras los mismos dedo de mi otra mano fueron hacia su coñito introduciéndose en el mismo hasta el fondo con facilidad".
  • "¡¡¡Aaaaaaahhhhh!!!, joder, te estás pasando tío. Me vas a hacer daño".
  • "Calla boba y sigue mamando, venga que sino te meto otro dedo y entonces será peor. A ver si te cabe mi polla entera en la boca preciosa, que tienes los labios mas bonitos de España".
Supongo que por su borrachera, la chica volvió a dejar de quejarse y dejarme hacer lo que quisiese en su entrepierna, para tratar de obedecerme y meterse toda mi polla en la boca. No pudo, pero a pesar de sus arcadas, intentó una y otra vez hacer que mi polla desapareciese entera por su garganta.
Los cuatro dedos se clavaron completamente en los agujeros de la chica, los giré una y otra vez en su interior incluso me permití jugar a torturarla un poquito abriéndolos en su interior para dilatar sus dos agujeritos. 20 minutos después, su culo estaba tan cedido que le entraría sin problemas una buena polla y eso es lo que hice. Quitándola de encima la obligué a permanecer a cuatro patas al borde y colocándome de pié junto a la cama, me limpié un poco los dedos y de un solo empujón le clavé la polla hasta el fondo del culo.
Su esfínter permitió el paso de mi polla sin mayores problemas, si bien la chica lanzó un grito más por la impresión de sentirse sodomizada que por el dolor que pudiese causar en su ya bien dilatado ano.
  • "¡¡Aaaauuuuuuuuuuu!!, ¡¡no me hagas estooooooo!!", dijo sin mover ni un músculo para impedir que mi polla petase su virgen culo.
  • "Calla tonta dentro de unos segundos vas a estar gimiendo como una perrita en celo. Si a los maricones les gusta por algo será".
  • "¡¡Aaaaayyyy, aaaaaayyyy, aaaaaauuuu!!", gritaba a cada embestida de mis caderas.
Sujetándola con fuerza por las caderas, mi polla iba entrando y saliendo del cada vez más dilatado culo de la chica. Sujetándola por las caderas y dejando mi polla en su interior la obligué a ponerse a cuatro patas en el suelo, con los codos y las rodillas apoyados en el suelo. En esa postura, con sus piernas un poco entreabiertas, coloqué mis pies a la altura de sus caderas y sujetándola por la cintura, en esa postura un poquito forzada para mi polla, podía moverme más rápidamente haciendo que su culo se fuese acoplando cada vez más a su ocupante. Un par de minutos más en esa postura fueron suficientes para que la chica gimiese de placer cuando me movía en su interior y también cuando le sacaba completamente la polla para volvérsela a clavar con gran velocidad.
  • "Vaya, ahora ya te gusta, ¿eh rubita?".
  • "¡Aaaaaaahhh!, qué gusto sí. Dame fuerte. Dame. Qué gozada joder. Me estás poniendo a tope", respondió la chica.
  • "Joder, chica, eres mucho más golfa de lo que pareces por la tele. Si te viesen ahora por la tele recibiendo una polla por el culo y gimiendo de placer, se pajeaba toda España".
  • "¡Aaaahhhhh!. Así, dame fuerte. Esto es demasiado. Tócame por delante, por favor me quiero correr, por favor, sigue, sigue, sigueeeeeeeee, ¡¡¡Aaaaaaaaaaaahhhhhhh!!!".
La chica se corrió en cuanto puse mi mano sobre su clítoris y lo empecé a sobar con fuerza. El gemido final del orgasmo de ella hizo que apretase su ano hasta el punto que el placer que me supuso, me obligó a correrme también, impidiendo que pudiese aguantar más dándole por el culo como yo quería en ese momento. Mi corrida llenó el culo de la chica mientras mis manos la cogían con fuerza por los pechos colgantes en esa postura.
  • "Toma leche, zorra. Pero que puta eres, tía", la decía con las últimas embestidas de mis caderas, mientras ella seguía con suaves gemidos de fin del orgasmo.
Tras unos segundos en que permanecía con la polla alojada en su culo sobando sus nalgas y sobre todo sus pechos, le saqué la polla comprobando que su ano estaba realmente cedido por la sodomización.
  • "¿Te ha gustado, eh?".
  • "Uff, que pasada. Eres un cerdo y me has violado contra mi voluntad, pero me he corrido como una loca", respondió con claro acento de borracha debido al alcohol que la había obligado a beber.
  • "No seas estrecha cariño, que te he desvirgado el culo de la forma más placentera posible. ¿Nunca te habían dado por ahí, verdad?".
  • "No, nunca. Mi novio, me lo había pedido algunas veces, pero yo me había negado. Por lo visto él lo había hecho con una novia suya antes, pero a mí me daba miedo", respondió, sentándose en el suelo tambaleándose un poco por el mareo.
  • "Pues no era tan malo, verdad. Además tienes un culo divino, rubia, o sea que tienes que usarlo más a menudo desde ahora".
  • "Buff, qué mareo noto. Eres un cerdo y me has emborrachado para hacerme esto".
  • "Calla idiota que tenemos todavía un buen rato. Ahora quiero que me la chupes bien chupada hasta que me la pongas dura nuevamente".
  • "¡¡¿Queeee?!!. No, de eso nada. Basta ya de follar. No me tengo de pié", dijo intentando levantarse.
  • "Tú quieta de rodillas y yo diré cuando sea basta. Hasta entonces a follar se ha dicho". Cogí una cámara de la mano y me puse de pie frente a la chica que permanecía arrodillada en el suelo sentada sobre sus talones. "Ala, cariño, empieza a chupar, que eso ya sabías hacerlo antes y quiero tomarte unos primeros planos".
Al principio la chica se resistió y tuve que darle un par de tortas en plan juego, no demasiado fuertes para animarla a abrir la boca y comenzar a chupar mi ya flácida polla.
  • "Eso es cariño. Hazme la mejor mamada que sepas hacerme y te premiaré si consigues que me corra otra vez, sino te vas a llevar una azotaina que no te vas a poder sentar en un mes".
La chica, posiblemente fruto de su borrachera no se resistió y colocando mi flácida polla sobre su lengua, cerró sus labios sobre ella y comenzó a chupar sin darse cuenta que restos de mi corrida y sus jugos anales chorreaban de mi miembro.
  • "Muy bien bonita. Así me gusta. Tú chupa fuerte y mira de vez en cuando a la cámara que quiero que se te reconozca bien".
La chica, cada vez más borracha al ir su estómago asimilando la cantidad de alcohol que había bebido, obedecía si rechistar mamando con fuerza mi polla que muy poco a poco se iba endureciendo. Mientras mi mano izquierda sujetaba la cámara, con la derecha acariciaba su cabeza, cogiéndola de vez en cuando por la nuca para follarme su boca hasta provocarle arcadas. Cuando mi polla ya se puso dura de verdad, su garganta parecía acostumbrada a mis embestidas y dejaba entrar a mi miembro sin provocar arcadas en la chica. Cuando la cogía por la nuca y le metía la polla hasta el fondo de la boca mi sensación de dominación sobre la chica era total y su saliva resbalaba por mi polla y por su barbilla hasta gotear al suelo. Su estado de embriaguez hacía que se dejase violar oralmente y no notase ni la saliva caer ni mi polla colándose por su garganta.
  • "Ahora cariño vamos a probar el conejito este precioso que tienes. Ven aquí", le dije levantándola del suelo y tumbándola sobre la cama de un empujón.
  • "Auuuu, me da vueltas todo", se quejó con los ojos perdidos mientras yo dejé la cámara en el trípode y me tumbé sobre ella en posición de misionero.
  • "Así, ábrete de piernas cariño y límpiate la cara, joder te chorrea la saliva ", le dije a la vez que con la sábana limpiaba su cara y sus pechos de la saliva que le había caído al hacerme la mamada anterior.
Mi polla estaba ya a la puerta de su sexo y sus piernas estaban abiertas de par en par permitiéndome la penetración, por lo que de un golpe de cadera su vagina se tragó mi miembro hasta el fondo.
  • "¡¡¡Aaauuuuu!!!, ¡béstia!, que me haces daño", gimió por la penetración.
Mis manos sujetaban y magreaban con fuerza los pechos de la chica a la vez que mi lengua se metía por su garganta besándola con pasión. Ella se dejaba hacer, incluso devolviéndome el beso con la lengua a la vez que iba gimiendo a cada embestida de mi polla.
Sus piernas me abrazaron por la cintura y sus brazos por mis hombros, dejándome penetrarla sin oposición ninguna.
  • "¡Qué conejito más estrechito y más gozoso tienes cariño. Me encantas".
  • "Aaaahhhh, aaahh", gemía la chica. "Todo me da vueltas, me maréo".
  • "Calla tonta. Deja de pensar que te maréas", le dije sacándole la polla mientras me incorporaba. "Toma otro poco de este biberón ya verás como se te pasa el mareo", le dije sentándome sobre su pecho ofreciéndole mi polla.
  • "¡¡¡Nnngooo, nnngooo quiedooooo!!!", gritaba la chica con la polla otra vez alojada en su boca.
  • "Saboréala para que notes cómo sabe tu conejito".
  • "¡¡¡Aummmmmm, mmmmmh!!!", se quejaba con mi miembro ya alojado en su boca mientras sujetándola por la nuca la obligaba a mover adelante y atrás su cabeza.
  • "Así cariño chúpamela otro poquito".
La chica estaba demasiado borracha para resistirse, pero aún así se trataba de quejar como podía.
  • "Muy bien, preciosa ahora yo abajo y tú arriba. Quiero ver como cabalgas un poquito".
  • "¡No, basta!, no me la metas otra vez por favor, basta ya".
A pesar de que se resistía, su borrachera hacía que la pudiese mover como a un muñeco y colocándola a caballo sobre mí, no me fue difícil volver a penetrarla a pesar de sus quejidos.
  • "¡Toma zorra!, ahora por lo menos gime por algo".
  • "¡¡¡Aaaauuuu!!!", gritó al volver a notar mi polla en su interior moviéndose a toda velocidad mientras mis manos la sujetaban por las nalgas.
En esa postura me fue fácil jugar con la chica que a duras pena se apoyaba con las manos en la cama completamente borracha, no pudiendo más que gemir y pedirme que parase. Sujetándola con fuerza por el culo con una mano en cada nalga sacaba completamente mi polla para volver a metérsela nuevamente en el coñito. Eso me resultaba muy placentero pues mi glande volvía a sentir la penetración en el estrecho sexo de la chica.
  • "A ver si te entra por el otro lado", le dije sacándole la polla y ayudado por una mano dirigiéndola a la entrada del culo.
  • "No, basta tío, no te pases otra vez. ¿Qué haces?. Por detrás no, otra vez no que me hace daño, por favor, tío. ¡¡Aaaaaauuuuuu!!. ¡Basta, cerdo, por detrás no quiero, por favor, no!. ¡¡¡¡Aaaaaahh, no empujes tanto, aaaaaaaaaah!!!!"
Finalmente tras unos forcejeos, mi polla se volvió a alojar en el culo de la chica, que parecía haber perdido toda su dilatación anterior, ya que se notaba realmente estrecho como a mí me gustaba.
  • "Pero qué culo tienes puta. Y aunque te quejes bien que te has corrido antes con la polla metida aquí o sea que deja de chillar, coño".
La chica se quejaba y lloraba mientras mis caderas movían mi polla en su culo a toda velocidad. Mis manos sobaban con fuerza danzo azotes en sus nalgas o se divertían estrujando sus pechos que bailaban a cada embestida de mis caderas. Se la sacaba, se la volvía a meter hasta los huevos, me movía unas veces rápido y otras despacio, … jugaba en definitiva violando por el culo a una de las mujeres más deseadas del país.
  • "Basta, por favor, no sigas. No aguanto más voy a vomitar".
En ese momento la chica comenzó a notar nauseas, por lo que opté por cambiar de postura por si acaso le daba por vomitar no me fuese a caer encima.
  • "Joder, zorra, no se te ocurra devolverme encima", le dije sacándole la polla y tumbándola de lado en la cama.
Yo me tumbé detrás de ella, un poco atravesado y de un fácil empujón volví a alojar mi polla en su ano. La chica gimió muy suavemente, puesto que parecía más preocupada de no vomitar que de resistirse a mi violación anal. En esa postura completamente frete a la cámara la levanté una pierna dejando su cuerpo desnudo y expuesto completamente al objetivo mientras con la otra mano por debajo de su cuerpo la tenía sujeta por un pecho.
  • "Toma polla, zorra. ¡¡Toma!!".

Así me corrí en su interior, llenándola los intestinos de mi leche sin que ella se quejase ni gozase como la primera vez. Ahora el alcohol había hecho efecto y estaba borracha como una cuba hasta el punto de no tenerse en pie. No había vomitado todavía, pero las arcadas iban en aumento, por lo que sin sacarle la polla del culo la obligué a levantarse de la cama y dirigirse al baño inclinada hacia delante mientras mis brazos la sujetaban con fuerza por la cintura evitando que se cayese y que mi polla se saliese del ano. En esa postura llegamos al baño, donde se apoyó con las dos manos en el inodoro y las rodillas en el suelo lentamente, permitiéndome a mi no sacar la polla de su trasero.
  • "Eso es bonita. Ahora vomita tranquilamente que yo estoy entretenido", le dije situándome más cómodamente sujetándola por las tetas con las dos manos y comenzando a bombearla por el culo nuevamente.
A pesar de haberme corrido, mi polla seguí en estado de media erección, o sea que podía seguir dándole por detrás cómodamente en esa postura.
  • "Vamos, golfa, devuelve lo que quieras que yo estoy entretenido desde atrás".
Mis manos no soltaban sus pechos, que los pellizcaban y estrujaban con tanta fuerza que me extrañaba que no chillase de dolor. Mientras tanto mi polla comenzó a moverse en su esfínter para muy pronto comenzar a cambiar de un agujero a otro en cada embestida. Una embestida por el coño y otra por el culo alternativamente, gozando al máximo de esta nueva violación de la pobre chica, que hasta pasados 10 minutos no fue capaz de vomitar. Entonces mientras ella vomitaba y lo pasaba realmente mal sobre la taza del water, yo me divertía violándola por delante y por detrás con la polla ya totalmente dura. No había terminado de vomitar con la cabeza metida en el water cuando no pude aguantar más y me vino una nueva eyaculación ocupando su ojete. Se me ocurrió hacerla una última putada mientras me estaba corriendo por tercera vez en su culo. Sujetándola con la mano derecha por los pelos, metí su cabeza completamente en el water donde estaba vomitando y con la otra mano tiré de la cadena. El agua empezó a salir y mezclada con sus vómitos manchó completamente su cabeza. Ella sentía que no podía respirar por lo que trataba de levantar la cabeza, cosa que yo no le dejaba hacer o sea que la tensión de sus músculos hacía que su culo se contrajese aún más, dándome posiblemente el mejor orgasmo de mi vida.
Finalmente su cabeza estaba completamente empapada pero limpia de cualquier otro resto.
  • "Perfecto, cariño, te has portado como una auténtica zorra. Ya puedes volver a dormir".
Saqué la polla de su culo, me limpié con una toalla un poco, me vestí, recogí todo el material que había traído y cuando me marchaba por la puerta la chica comenzaba a levantarse del suelo con la cabeza empapada de agua y ya no tan borracha por el frío.
  • "Adios bonita. Cuídate. Ya te mandaré una copia del video por si quieres enseñárselo al marica de tu novio. Como me denuncies se lo mando a todos los productores de cine de España y te llamarán para hacer solo pelis porno. Ya verás que bien. Adios, zorra".
  • "Hijo puta, cerdo violador de mierda. ¡Púdrete, cabronazo!".
Sin problemas, pero con el pasamontañas negro puesto por si acaso, salí de la casa por donde había entrado y me marché de la urbanización. Había sido una gran experiencia la de meterme en los agujeros de una de las chicas más deseadas de España.

 El retorno de Vanesa
Pasaron un par de días en los que estuve montando el excepcional material de la violación de mi famosa amiga, cuando un mensaje en el móvil me sorprendió.
  • "Mi amo, soy Vanesa. Solicito permiso para acostarme con un chico que he conocido el sábado pasado".
  • "Ven esta tarde a mi casa a las 19:00 y me lo cuentas. Ya sabes donde vivo".
  • "OK. Allí estaré".
Increíble pero cierto, mis primeras esclavas seguían sintiendo necesidad de tener un amo que se las follase.
  • "Hola soy Vanesa, mi amo", dijo la chica puntual a las 7 de la tarde por el telefonillo.
  • "Sube", respondí, dejando abierta la puerta de casa.
A los pocos minutos oí como se cerraba la puerta de casa, señal de que la chica había entrado.
  • "¡Vaya!. ¿Cómo estás, pequeña?. Cuanto tiempo sin verte".
  • "Hola mi amo. Estoy bien", respondió la chica con media sonrisa.
Vanesa llevaba un pantalón blanco de cintura baja completamente pegado al cuerpo excepto de la las rodillas hacia abajo, que se ensanchaba hasta cubrir casi por completo sus zapatos. Arriba llevaba un top sin tirantes (tipo banda), que cubría sus pechos y una chaqueta de tejido transparente atada con un botón frente a su top, que más bien parecía de adorno que otra cosa.
  • "Vaya, yo creo que hasta has crecido".
  • "No creo, mi amo. Son estos zapatos de plataforma que me hacen más alta", dijo levantando un pie y enseñándome una especie de zapatillas de deporte modernas con gran plataforma y tacón.
  • "Siéntate aquí a mi lado y cuéntame lo que venías a decirme".
La chica obedeció y se sentó en el sofá a mi lado, con una rodilla sobre el cojín y mirándome comenzó a explicar:
  • "He conocido a un chico a través de unas amigas que me gusta mucho. El sábado estuvimos tomando algo con varias personas más y a ultima hora se ofreció a acompañarme a casa. Me dijo que quería quedar conmigo este próximo sábado para tomar algo solos e ir al cine. Yo he hablado con varias amigas y sé que ahora mismo no tiene novia, pero ha estado saliendo bastante tiempo con una que conozco 2 años mayor que yo que se acuesta con cualquiera, o sea que estoy seguro que Ignacio me va a decir para que nos acostemos. Además tiene coche, o sea que … pues eso. A mi me gusta y me gustaría probar, la verdad".
  • "Vaya. Muy bien me parece que me cuentes todo. La verdad es que así da gusto y no puedo decirte que no. Puedes hace con él lo que quieras. Incluso te dejo que te la meta por la boca, por el coñito y hasta por el culete. Eso depende de ti. Pero quiero que me lo cuentes luego. Quiero saber si te trata bien o no. De todas formas, cariño, ya que has venido tan guapa, sabes que te voy a poner otra condición que además estás deseando o sea que prepárate que te voy a follar como se merece una tía buena como tú. Quítate esa chaquetita y toma chúpamela un poquito. Me parece que te apetece volver a probar mi polla en todos tus agujeritos", le dije levantándome del sofá y poniéndome frente a ella.
La chica se quitó la chaqueta dejándola en el respaldo, me bajó la cremallera del pantalón vaquero que llevaba puesto y me sacó la polla ya morcillona, con decisión.
  • "¡Mmmhhhh!, ¿así te gusta, mi amo?", dijo la chica comenzando a lamer arriba y abajo mi polla.
  • "Me encanta. Te has convertido en una experta suprema comedora de pollas. Tu amiguito se va a quedar de piedra si le haces esto. Venga abre la boquita y trágatela un rato, cariño".
  • "Lo que tú digas, mi amo".
Y abriendo su pequeña boca cuanto pudo, comenzó centímetro a centímetro a hacer desaparecer mi polla por sus labios hasta que mis huevos quedaron tocando su barbilla.
  • "Me encanta como te la tragas cariño. Me pone cachondísmimo notar tu garganta apretando mi polla. Venga ahora mueve esta cabecita como tú sabes", le dije a la vez que sujetaba su cabeza a la altura de sus orejas por los dos lados. "Así, suavemente, metiendo y sacando. ¡Qué boca más jugosita tienes cariño!, me encanta" decía mientras con las dos manos iba poco a poco obligando a la chica a mover la cabeza metiendo y sacando mi polla completamente de su garganta. "Mueve la lengüita mientras te follo yo la garganta cariño, que me gusta todavía más".
Vanesa no podía más que abrir al máximo su boca y dejar que mi miembro entrase y saliese de su boca. Yo notaba la estrechez de su garganta y su lengua que se movía lo poco que podía acariciando mi polla en el interior de su boca. Mis manos sujetaban su cabeza por la parte de atrás mientras mis caderas se movían a toda velocidad follándome su boquita oriental. Mi polla completamente empapada de su saliva comenzó a gotear por su barbilla, llegando hasta el suelo donde se veían ya varias gotas. La chica tenía apoyadas sus manos en sus rodillas y se dejaba hacer.
Estaba ya próximo a correrme cuando decidí sacársela.
  • "Cariño, ¡qué mamada más perfecta, joder!. Cada día lo haces mejor, ven, levántate", le dije cogiéndole de la mano para ayudarle a levantar a la vez que se limpiaba la saliva que goteaba de su boca con la otra mano.
  • "Me alegra que te guste, mi amo", dijo levantándose del sofá.
  • "Dame un beso preciosa. Cada día estás más buena", le dije cogiéndole con una mano por la cintura y con la otra por la parte de atrás del cuello.
La chica no solo se dejó hacer, sino que me besó como si realmente sintiese pasión por dejarse follar una y otra vez por mí. Nuestras bocas se pegaron la una a la otra mientras mis dos manos sujetaban el culo de la chica, sobando sus nalgas por encima de su ajustado pantalón. Mientras mi lengua seguía jugueteando con su garganta una de mis manos se pasó a sobar por encima del pantalón la deliciosa entrepierna de la chica durante unos segundos. Inmediatamente después comenzó a desabrochar los botones de su bragueta hasta el final, para usando las dos manos, poder bajarle el pantalón justo por debajo de su culo.
  • "¡Pero qué guarrilla eres, chinita. No llevas ni bragas!".
  • "Sí suelo llevar, pero me imaginaba que preferirías verme sin ellas".
  • "Has acertado nuevamente. ¡Dios, que culo tienes. Te lo voy a follar ahora mismo!".
Cogiéndola por la cintura, me puse detrás de ella y la hice andar unos pasos hasta apoyar los codos en la mesa del comedor inclinándose hacia delante un ángulo de unos sesenta grados. Mientras con los dedos índice y pulgar de la mano izquierda abría sus nalgas para tener su ano a la vista, con la derecha me sujetaba la base de la polla para clavársela en las entrañas. La postura era un tanto difícil para sodomizarla, ya que seguía con los pantalones bajados justo debajo del culo, impidiéndola abrir las piernas, y dejando por tanto un camino realmente estrecho para mi polla.
  • "Así no sé si vas a poder mi amo. Quítame los pantalones y me abro un poquito", dijo la chica.
  • "De eso nada. Vamos a probar así a ver si todavía está más estrechito. Me apetece que tus nalguitas abracen mi polla mientras te doy por culo además me encanta verte así con los pantalones medio bajados".
Mi polla estaba recién lubricada por la anterior felación y eso fue lo que permitió que mi glande desapareciese en el interior del ano de la chica.
  • "¡¡Mmmmmmmmhhh!!", se quejaba la cría sin querer gritar. "Joer, ya se me había olvidado lo que duele eso".
  • "Me encanta encularte preciosa. ¡Mmmhh!, que agujero más estrechito tienes", le dije mientras suavemente hacía desaparecer completamente mi polla en su interior a la vez que mis dos manos levantaron simultáneamente el minúsculo top de la chica para comenzar a sujetarla por las tetas con fuerza mientras mi polla se terminaba de clavar en su ano.
Gimió unas cuantas veces la pobre chica hasta que finalmente su esfínter pareció habituarse a estar cedido y se dejó penetrar sin quejarse. Mis caderas se movían a un ritmo constante metiendo y sacando mi polla de su trasero. Cuando se la metía empujaba con fuerza para notar sus perfectas y suaves nalgas presionando sobre mi pubis.
  • "Ahora intenta bajarte los pantalones del todo sin sacarte la polla, preciosa. Me apetece cambiar de postura", le dije al cabo de 5 minutos de sodomización.
Dicho y hecho, la chica apoyó la cabeza en la mesa y con las manos se bajó los pantalones hasta las rodillas mientras yo seguía tirándome su culo. Una vez en las rodillas, moviendo suavemente las piernas se los sacó completamente por los tobillos, abriendo un poco las piernas para facilitarme la penetración anal. En esa postura pude sacar mi polla completamente de su culo para volver a encularla con fuerza, arrancando cada vez un quejido de dolor que se acompañaba de quejidos de placer cuando mi polla volvía a moverse rítmicamente en su interior. La hice poner una pierna sobre la mesa, para cambiar de postura y seguir dándole por el culo viendo una panorámica más clara de su entrepierna cuando le sacaba la polla. En esa postura no pude más y me vino una gana incontenible de correrme, por lo que le saqué la polla, la hice arrodillarse frente a mí y descargue completamente en su cara. Su pequeña nariz, sus labios y sus ojos quedaron bañados en mi leche, que se relamió gota a gota ayudándose de un dedo.
  • "Está bien, pequeña. Eres tan buena como siempre y por tanto puedes hacer lo que quieras con ese chico. Dentro de unos días te llamaré y me lo cuentas todo", le dije pasados unos segundos en los que me chupó la polla dejándola completamente limpia de sus jugos anales y de los restos de mi corrida.
  • "Gracias mi amo".
  • "Está bien, puedes marcharte y ya hablaremos. Pero vístete primero. No vaya a ser que te violen aquí mismo si te ven en pelotas".
  • "Gracias mi amo", repitió a la vez que comenzaba a recuperar su ropa para vestirse.
Cinco minutos más tarde Vanesa se había marchado de mi casa, dejándome otro excelente polvo.
El incremento de mis ingresos a costa de las películas grabadas a mis chicas había sido tan increíble que estaba comenzando a preocuparme. En especial los vídeos de la joven Elsa se habían convertido en la estrella de Internet. Había ingresado en el último mes más de 200.000 Euros, vendiendo vídeos a 100 Euros. Mi actividad se estaba empezando a hacer demasiado público y estaba empezando a estar seguro de que si todo seguía así, tarde o temprano me iban a pillar y daría con mis huesos en la cárcel. Los ingresos desde que comencé a comercializar los vídeos habían sido ya superiores a 350.000 Euros en poco más de 3 meses. Cada día al abrir el email, tenía una media de 60 peticiones que atender, alguna de las cuales solicitaba varios DVDs. Una habitación de mi casa se había convertido en un estudio de grabación casero en el que 10 ordenadores de última generación con grabadoras industriales hacían el trabajo de responder a casi 500 peticiones cada fin de semana, ya que entre semana me era más difícil atender debido a que mantenía mi apariencia con el trabajo, conocidos, familia, … además claro de las relaciones con las chicas. Tenía unos 200 clientes habituales, que me pedían absolutamente todos los DVDs que iba ofreciéndoles. Varios de ellos me habían ofrecido mucho dinero por tener relaciones con alguna de las chicas que salían en los vídeos en especial por Elsa, seguida por su hermana Gemma. Yo siempre decliné las ofertas que llegaban por la red debido a la inseguridad de las mismas.
El dinero lo fui invirtiendo fuera del país, en propiedades inmobiliarias que compraba en efectivo.

 El encuentro con Anita

Habían pasado dos semanas desde la cacería con los amigos de Alberto. La colección de vídeos de aquél evento se habían convertido en un superventas y se podían encontrar fragmentos ya en montones de sitios de pago de la red. No había vuelto a contactar con ninguna de las tres chicas que fueron protagonistas de la cacería, ya que su imagen estaba quemada con las escenas de violación y posiblemente no pudiesen venderse demasiado bien. Lo cierto es que solamente sabía la dirección de una de ellas, que posiblemente se hubiese cambiado de piso y por curiosidad probé a llamar a sus 3 teléfonos móviles para comprobar que los 3 habían sido dados de baja. Lo que nunca pensé fue que la casualidad se pusiese de mi lado. Mi sorpresa fue grande cuando un día haciendo compras en El Corte Inglés vi a Anita. La chica estaba acompañada por otra chica posiblemente también de su edad y estaban mirando los CDs de música. Dudé si decirle algo o no, pero finalmente opté por esconderme y seguirle para tartar de buscar una oportunidad más propicia.
Anita vestía pantalón blanco tipo vaquero muy ajustado de rodillas hacia arriba y ancho en las patas con una camiseta de licra roja totalmente pegada a su cuerpo. Por encima llevaba una cazadora roja y blanca a juego con la camiseta. Debido a la temperatura del centro comercial, llevaba la cazadora de la mano, pudiendo comprobar que llevaba sujetador, puesto se se marcaba perfectamente el tirante trasero del mismo y que parecía llevar tanga, ya que nada marcaba su precioso culo por debajo del pantalón.
Estuvieron en el centro comercial hasta la hora de cierre, momento en el que se marcharon a una terraza a tomar una coca cola. Tuve que seguirla 4 horas sin ser visto hasta que finalmente optaron por caminar en dirección al metro, bajándose en el Barrio de Salamanca, donde se dirigieron a una zona de pisos de nivel alto. Allí se despidieron las dos amigas y para mi suerte Anita se marchó caminando sola a casa. Eran cerca de las 10 y media de la noche cuando la chica dobló una esquina, quedando fuera de la vista de su amiga. Su casa estaba a no más de 10 minutos de ese punto y ese era el momento que yo estaba esperando. Le seguí cuidadosamente hasta que finalmente sacó unas llaves del bolso y se dirigió a un portal. En ese momento aceleré el paso al máximo sin correr y llegué a su altura justamente cuando ya había introducido la llave en la cerradura del portal.
  • "Hola preciosa, cuanto tiempo sin verte", dije a la vez que la empujaba suavemente para entrar en el portal.
  • "¡¡Eeeh!!, ¿eres idiota?, ¡cuidado!", dijo sin poder mirarme, entrando a trompicones en el portal.
La puerta se cerró sola tras de mí y en ese momento la chica se dio la vuelta con una expresión entre asustada y enfadada.
  • "¡¡Se puede saber, qué coño …!!".
En ese momento se dio cuenta de quién era yo y su expresión cambió a ser de miedo.
  • "¿Tú?. ¿Qué quieres?. ¿Qué haces aquí?", dijo a la vez que se intentaba separar de mí caminando de espaldas hacia los ascensores.
  • "¿Cómo estás Anita?. Pues ya ves la verdad es que ha sido una casualidad verte y he decidido seguirte para hablar contigo un rato.
  • "Déjame en paz. Esta es mi casa. Como me toques grito".
  • "Ya sé que es tu casa. Te recuerdo que lo de la cacería fue voluntario por tu parte. Nadie te obligó a hacerlo y de hecho te pagué una buena pasta que no rechazaste o sea que no vengas ahora con bobadas".
  • "Me engañaste. Yo no sabía que me ibais a violar como a una puta durante días ni que iba a haber más gente ni nada".
  • "Si no lo sabías haberlo preguntado. Yo no te hubiese mentido".
  • "Me dijiste que nada más era un juego de paitball con unos ejecutivos jóvenes. Yo no sabía que me iban a violar todos de día y de noche".
  • "Tuviste oportunidad de escapar y de dejaste cazar. Fuiste una mala presa. ¿Qué culpa tengo yo?".
Mientras seguíamos hablando de si fue o no voluntaria a la cacería, la chica iba caminando hacia atrás en dirección a los ascensores, mientras yo iba siguiéndola a su misma velocidad con miedo a que efectivamente se pudiese poner a gritar y me pusiera en un aprieto. No tenía un buen plan de escape y de hecho mi coche estaba aparcado demasiado lejos para huír con rapidez del lugar. Poco a poco finalmente la espalda de la chica chocó contra la puerta del ascensor, que para mi mala suerte estaba en la planta baja por lo que intentó abrir la puerta. Yo en ese momento di dos pasos adelante y me coloqué frente a ella, sujetando la puerta con la mano izquierda por encima de su cabeza.
  • "Anita, llevo toda la tarde pensando en follar contigo. Me apetece de verdad echarte un buen polvo. Vamos a la zona oscura que te voy a follar como te mereces, pequeña".
  • "Ni lo sueñes", respondió tratando inútilmente de abrir la puerta del ascensor que yo sujetaba.
Mi otra mano se puso en su cadera lentamente, sujetándola para acercar su cuerpo al mío.
  • "¡Que no me toques cerdo!. Déjame marchar", dijo la chica cabreada.
  • "Ya verás como te gusta, pequeña. Recuerdo que te corrieste más de una vez en el refugio de montaña mientras te follábamos por primera vez", dije mientras mi mano había bajado un poquito, sujetándola ya por el culo por encima del pantalón, pegando sus caderas a las mías.
Ella retiraba su cara para evitar ser besada mientras trataba de escapar de mi mano. Poco a poco se fue poniendo más y más nerviosa estando a punto de gritar, por lo que opté por parar.
  • "Vale, vale, si no quieres follar, vale. No te preocupes. No pasa nada. Pero al menos hazme una mamadita. Si me la chupas bien chupada no te violo. Sino no te metes hoy a la cama con los agujeritos bien taladrados".
  • "Cerdo cabrón. Violador de mierda. Me trataste como a una puta asquerosa. Pensé que nos ibais a matar el domingo".
  • "Que no tonta, te preocupaste demasiado. No era más que un juego. Venga. ¿Trato o no trato?. ¿Te follo el coñito y el culito como otras veces o me la chupas y te vas para casa tranquilamente?".
La chica se había retirado del ascensor hacia la zona de los buzones que estaba un poco más oscura, tratando de escapar de mí. Su cara reflejaba algo de miedo, pero ante todo estaba enfadada. Yo me había dado cuenta que de seguir sobándola hubiese gritado y me habría puesto en un aprieto de verdad para tratar de escapar de allí.
  • "De verdad. ¿Qué te cuesta?. Una mamadita y vete tranquila a dormir. La tengo demasiado dura para irme a mi casa sin más".
  • "Está bien. Te lo hago pero te tienes que correr fuera. No soporto tragármelo".
Eso si que me sorprendió. La chica accedió a chupármela para evitar ser violada, o sea que no estaba tan mal el resultado después de haberla perseguido toda la tarde.
  • "Así me gusta, que seas buena chica. Ven, subamos unas escaleras que el primer descansillo está algo más oscuro".
Dicho y hecho, la chica me siguió hasta el primer descansillo, entre el portal y el primer piso, donde había una pequeña ventana hacia el patio interior de la vivienda. Allí yo me senté en las escaleras, con mi brazo izquierdo pegado a la pared.
  • "Venga cariño. Hazme feliz".
Con cara de cabreada y sin decir nada, Anita se arrodilló en un peldaño y desde mi lado izquierdo me bajó la bragueta del pantalón y me sacó la polla durísima ya de excitación. Sin decir una palabra se la metió en la boca y comenzó a moverse arriba y abajo como una experta prostituta.
  • "¡Ahh!, qué bien la chupas cariño. Eres la mejor", me hizo gemir el contacto de sus adolescentes labios con mi polla. "Trágatela enterita cariño".
Me había sentado en esa postura para poder sobar su cuerpo mientras me la mamaba, por lo que al momento mi mano derecha estaba ya recorriendo el culo por encima del pantalón, las tetas por encima de la camiseta e incluso su entrepierna. Al principio la chica me dejó hacer y no se quejó cuando mis manos sobaron sus tetas por encima de la camiseta y su coñito por encima del pantalón, pero cuando mi excitación fue en aumento, mi mano soltó un par de botones de su pantalón y se introdujo por detrás agarrando una de sus deliciosas nalgas y dejando a la vista la mitad de su culo y su precioso tanguita.
  • "Eso no estaba en el trato", dijo la chica incorporándose con la boca llena de saliva que le caía por la barbilla. "Dijimos que yo te la chupaba a cambio de que me dejaras en paz. Si me sobas me voy a casa", afirmó mientras se subía el pantalón y se lo volvía a abrochar.
  • "Joder, bueno chica. Cómo te pones. Vale venga me pongo de pié y así no llego a nada", le dije mientras me incorporaba con mi polla durísima apuntando al frente.
Sin decir más, la chica se puso en cuclillas delante de mí y volvió a meterse la polla en la boca. En esa postura mi excitación era aún mayor, puesto que veía como mi polla desaparecía en la perfecta boca de la chiquilla.
Así estuvo otros 10 minutos chupando y chupando hasta que yo ya no pude aguantar más y me vino la gana de terminar. El trato era no correrme en su boca, pero al menos quería romper esa parte del trato, o sea que disimulando la puse mis dos manos en su nuca y sujetando fuerte comencé a follarme su cabeza. De esa forma mi polla se hundía más en la garganta de la chica provocándole pequeñas arcadas y a la vez dándose cuenta de mi intención de correrme dentro.
Sin hacer caso de los gemidos guturales de la chica, seguía sí hasta que mi leche comenzó a llenar la boquita y la garganta de la chica. Ana no podía retirarse y mi polla le llenaba la boca por lo que no tuvo otro remedio que tragarse mi corrida que se iba deslizando poco a poco por su garganta. Tres tragos de mi leche tuvo que dar para engullir toda mi corrida. En esa postura la tuve otros 2 minutos hasta que ví que se había calmado un poco y que posiblemente no gritaría si le sacaba la polla de la boca.
  • "Estupendo chica. Eres una mamona de primera".
  • "Hijo puta. Habíamos quedado en que no te corrías dentro. Cabronazo", dijo con los ojos con lágrimas de rabia y con pequeñas arcadas todavía.
  • "¿Ah sí?. No me acordé. No recuerdo haber quedado en que yo no te podía sobar un poco y me lo has prohibido o sea que lo uno por lo otro. Además le leche es buena para las chicas de tu edad. Tenéis que crecer sanas".
  • "Cerdo hijo de puta".
La chica se limpió el semen de los labios con un clinex que me lanzó con rabia a la vez que se daba la vuelta y se iba escaleras arriba andando.
Yo me marché del portal pensando en que me la había chupado estupendamente pero me había quedado con las ganas de follarmela bien follada. Eso tenía que cambiar en los próximos días. Necesitaba volver a follarme ese culito tan lindo.
Dicho y hecho, diseñé un plan para poder follarme a Anita a placer. Teniendo en cuenta que conocía donde vivía y pensando que hacía ya demasiado tiempo que no utilizaba mi bodega de la casa de la montaña donde llevé a mis primeras esclavas, el plan no parecía demasiado complejo. El día siguiente a las 8 de la mañana había ya aparcado mi coche cerca de su portal, en dirección a su colégio, que conocía puesto que era el mismo que el de Elena. Sobre las nueve menos cuarto la chica salió del portal vistiendo su uniforme y con una gran mochila de libros en un hombro. Al pasar a la altura del coche abrí la ventanilla y colgué de la puerta una fotografía impresa en tamaño poster de la chica desnuda y siendo follada por dos chicos en el refugio de montaña. Se le veía la cara perfectamente y parecía estar disfrutando de la violación.
  • "Hola guapa. Sube un momento al coche que tengo que hablar contigo".
La chica al oír mi voz dio un paso hacia atrás y su cara fue de enorme sorpresa al ver esa fotografía.
  • "¿Cómo?. Guarda esa foto por favor. La puede ver cualquier que pase".
  • "Por supuesto", dije a la vez que recogía la foto. "Sube al coche un momento, sino hoy empapelo tu colegio con este poster. Puedo hacer 100 copias por pocos euros".
Tras un momento de duda, la chica subió al coche en el asienteo de copiloto. Cogió el poster y lo arrugó, rompiéndolo con rabia.
  • "¿Qué quieres?", dijo la chica.
  • "Llama ahora mismo al colégio diciendo que no vas a ir esta mañana, que te encuentras mal pero que mañan seguro estás mejor y sí que irás", le ordené ofreciendole un movil.
La chica dudó un momento pero me obedeció y llamó diciendo que tenía el periodo y se encontraba muy mal.
Sin mediar más palabra, en cuanto colgó la llamada, saqué de la guantera de la puerta mi pistola de dardos tranquilizantes y la disparé en el muslo. Tras 3 o 4 segundos de confusión en que le dio tiempo a quitarse el dardo con la mano y mirarme con cara de asustada, cayó dormida en el asiento.
En poco más de 40 minutos estabamos en mi casa de la sierra donde entré con el coche hasta la puerta de la bodega. Ana estaba comenzando a moverse algo aunque seguiría dormida unos minutos más. La cogí en brazos, la metí en la bodega y la até por el cuello en la misma esquina en que até a mis esclavas hacía ya varios meses, dejándola tumbada en las colchonetas del suelo.
En el tiempo que necesité para aparcar el coche, dar las luces, la calefacción, conectar las video-cámaras y poner un poco de música, la chica se fue despertando. Había estado demasiado justo con la cantidad de somnífero, pero fue suficiente.
  • "¿Dónde estoy?", dijo completamente confundida la chica sujetándose la cabeza con las manos como si le doliese.
  • "Estás en un sitio donde te voy a follar bien follada para que aprendas a ser una buena esclava".
  • "Sueltame hijo de puta", dijo la chica, tratando de soltar la cadena que estaba amarrada a la pared. "Eso ni lo sueñes cabrón. Has hecho que me violen tus babosos amigos pero tú no me vas a tocar más cerdo".
  • "Eso es lo que tú te crees. Te crees que me puedes insultar como hiciste el otro día que puedes negarme el acceso a tu coñito o a tu culito cuando yo los quiera, pero estás equivocada. Estás muy equivocada pequeña y te lo voy a demostrar ahora mismo".
La cara de la chica era realmente de rabia contenida más que de temor. Había pasado ya el primer momento de la confusión y ahora mismo parecía realmente furiosa hacia mi.
  • "A ver si te gusta el agua fresca del pozo".
Sin darle tiempo a pensar a qué me refería, cogí la manguera de agua que sacaba con una bomba del pozo y dando marcha al máximo a dicho motor, enfoqué a la chica con la manguera. El agua del pozo estaba tan fría que yo solo la utilizaba para regar los árboles, ya que dolían las manos solo de meterlas en ella. Os podéis imaginar por tanto la sensación que tuvo que tener la chica, atada por el cuello mientras el agua helada primero calaba completamente su ropa y cuerpo y luego la iba congelando poco a poco. Había acondicionado una parte de la bodega como lava coches por lo que un desague permitía la salida del agua sin mayor problema.
  • "Aaaaah, no, basta, aaaaah. Bastaaaaa. Está congelada por favor. ¡¡¡Bastaaaaaaaaa!!!", comenzó a gritar al principio de sorpresa y pasados unos segundos por el frío que le congelaba hasta los huesos.
Pasados un par de minutos en que la chica trataba inútilmente de protegerse con las manos, Anita se resbaló y en el suelo se acurrucó como pudo para tratar de protegerse contra el agua. Tiritaba de frío y ya no podía ni gritar por la sensación de frío absoluto que se había apoderado de su cuerpo.
  • "Bien, espero que hayas cambiado de opinión, pequeña", dije cortando el paso del agua.
  • "Po, po, por fa, fa, favor. No me mo, mo, mojes más", respondió la chica tartamudeando por la tiritona que tenía.
  • "Está bien. No te mojaré, pero a partir de ahora tendrás que obedecer todo lo que yo te diga, sino ya sabes lo que te tocará. Esta vez han sido dos minutos solo, pero la próxima serán diez y la siguiente media hora y encenderá además un aparato portátil de aire acondicionado que tengo para que lo pases aún peor. ¿Estamos o no estamos en la misma onda?"
  • "Va, va, vale. Pero no me eches más agua, po, por favor".
  • "Está bien. Ala cariño ponte en bolas que te voy a calentar un poquito. Sino te vas a coger una pulmonía".
A la chica le costó levantarse porque estaba agarrotada del frío, pero una vez lo hizo, se fue quitando el uniforme escolar tratando de contener el tiriteo de sus músculos. Primerolos zapatos y calcetines, el jersey, luego la camisa, el sujetador, la falda y por último las bragas blancas que estaban transparentes y dejaban ver claramente su vello púbico. Sus brazos estaban cruzados por encima de sus pechos tratando de darse algo de calor.
  • "Muy bien. Así me gusta verte desnuda. Ahora te voy a dar unas friegas con un aceite que vas a entrar rápido en calor, pero antes me lo tendrás que pedir como lo que eres. Una puta viciosilla o sea que ponte de rodillas y pídeme que te dé el masaje antes de que te congeles ofreciéndome algo a cambio para que vea tu buena intención".
Mientras ella se había desnudado, yo también me quité la ropa. Mi polla estaba ya apuntando al cielo dura como una roca.
Dicho y hecho la chica se puso de rodillas y dijo: "Lo siento mi amo. Haré todo lo que me pidas. Todo".
  • "Demuéstrame lo zorra que eres", le dije acercándome a ella y poniéndole la polla a la altura de su cabeza.
Sujetándomela por la base con las dos manos, abrió la boca todo lo que pudo y tragó mi polla como sabía que a mi me gustaba. Hasta el fondo. La sensación de su boca tan fría era realmente excitante o sea que la dejé hacer un par de minutillos disfrutando de la mamada que me estaba haciendo mi sumisa esclava. Por el frío estaba tiritando y ya había demostrado su sumisión o sea que era el momento de encender la calefacción de la bodega y darle el masaje.
  • "Muy bien, preciosa eres una gran mamona de pollas. Te has merecido el masaje".
Le solté la cadena del cuello y le ordené que se tumbase en una colchoneta seca en el suelo. Ella lo hizo, boca abajo, con las piernas juntas y los brazos semidoblados tratando de proteger sus pechos. Yo me puse sentado a caballo sobre la parte baja de sus muslos, dejando a mi disposición toda su espalda y su precioso culo. Antes de sentarme sobre ella cogí un bote de aceite corporal y una manguera bastante más pequeña que la anterior, que tenía conectada al agua caliente a 37 grados. Poniendo un montón de aceite en la espalda y el culo de la chica, comencé a masajearla suavemente. Su piel estaba relmente fría, lo cual me excitaba muchísimo. Primero fue su espalda, su cuello, sus brazos (que le hice extender hacia atrás), culo y sus muslos. Fue un masaje relajante total y la chica según iba cogiendo algo de calor iba gimiendo por el gusto del calorcito de mis manos con el aceite. Incluso cuando masajeé su culo con una mano en cada nalga arriba y abajo, hacia fuera y hacia dentro, no solo no se quejó sino que agradeció mi magreo. Había pasado demasiado frío y ahora parecía que entraba en calor. Después de 15 minutos de casto masaje la pedí que se diera la vuelta y abriera un poco las piernas. La chica obedeció y yo me coloqué de rodillas entre sus piernas teniendo acceso así a todo su cuerpo. Fueron otros 15 minutos de masaje en los que mis manos con aceite recorrieron todo su cuerpo brazos, piernas, torso, concentrándose desde luego en sus preciosas tetas, que tenían unos pezones tan duros como una piedra debido a la sensación de frío. Después de las estrujadas que las pegué arrancando de su garganta también algún gemido de dolor, sus pezones pasaron a ser casi inexistentes. Por supuesto no desperdicié la oportunidad para pasar mis manos por su entrepierna sobando su delicioso coñito con toda mi mano.
Transcurrida esa media hora de masaje cogí la manguera de agua caliente y abriéndola salía un chorro de agua muy suave de no más de medio centímetro de grosor, con el que fuir recorriendo todo su cuerpo. Primero por delante desde la cara hasta hasta los pies y luego por detrás igualmente. Teniéndola en esa postura, boca abajo, se me ocurrió un pequeño jueguecito así que apagué el agua y sin decir nada, abrí las nalgas con los dedos índice y pulgar de mi mano izquierda para tener acceso a su ano y metí el dedo índice de mi mano derecha.
  • "Aaaauuu. Mi culo. Por favor, eso no. Por favor no me hagas nada por ahí, no soporto el dolor, por favor", dijo la chica mientras mi dedo se clavó hasta el fondo en su culito, gracias a la lubricación de aceite.
  • "No me digas que te ha hecho daño, porque no me lo creo. Ha entrado super fácil", le dije.
  • "No la verdad es que daño no pero ha sido raro", dijo la chica con mi dedo metido en su trasero.
Después de tener su dedo unos segundos en su interior moviéndolo y girándolo se lo saqué nuevamente y le metí muy suavemente la punta de la manguera.
Curiosamente la chica no se quejó, puesto que pensaba que era nuevamente mi dedo que jugaba nuevamente, pero la gran lubricación del aceite permitió la entrada de la pequeña manguera de aproximadamente un centímetro de grosor sin mayor problema.
  • "¡Aauuuu!. ¿Qué es eso?" dijo la chica un poco asustada cuando abrí el paso de agua nuevamente.
  • "No te preocupes pequeña. Tienes la manguerita metida por el culete y te voy a hacer una lavativa. Quiero que tengas el culete limpio como una rosa. Te vas a quedar de maravilla no te preocupes".
El agua comenzó a entrar en su intestino por un sitio nuevo para su cuerpo.
  • "Ponte a cuatro patas, perrita, que sino te vas a manchar demasiado".
La chica obedeció con la manguera clavada en su trasero llenando de agua sus intestinos.
Pasados unos 30 segundos por su ano ya no solo entraba agua, sino que se estaba dilatando y comenzaba a luchar el líquido también por salir. Saqué el tubito de su culo y le ordené apretar. Su culo parecía un surtidor de agua sucia que iba yéndose hacia el sumidero. Repetí el proceso 5 veces hasta que el agua que salía era tan límpia como la que entraba. Aún así le metí el tubo una sexta vez. En esa ocasión, cuando el agua comenzaba a rebosar su culo, me coloqué a caballo en su espalda y apreté una nalga contra otra con fuerza para que no rebosase agua.
  • "No por favor. No me hagas eso. Me vas a hacer daño por favor", dijo la chica que notaba como el agua iba presionando en su barriga. Así le tuve un par de minutos en los cuales el agua seguía entrando y no salía de su ojete. Su barriga se comenzó a hinchar y la chica rogaba medio llorando que no le hiciese daño por lo que opté por dejar salir el agua del enema. La chica apretó y el agua salió a presión. No menos de 5 litros habían entrado en su barriga, que se deslizaron hasta el sumidero.
  • "Ala cariño, mientras haces fuerza chupa un poquito, que en eso eres una campeona".
Mientras la chica expulsaba el agua de su enema, le obligué a mamarme la polla, que estaba dura como una roca. En esa postura a cuatro patas, se dejó follar la garganta sin más quejido, ya que mantenía las manos en el suelo para hacer más fuerza y expulsar todo el agua. Pasados unos 10 minutos no salía ni gota de agua de su culo o sea que cambié de estrategia.
  • "Vale bonita. Espera un poco déjame ver si se te ha ido todo el agua".
Su culo había quedado completamente limpio y un poco dilatado al hacer salir un chorro de agua durante tanto tiempo o sea que en esa misma postura a cuatro patas acerqué mi polla a su anito y se un solo empujón se la clavé hasta los huevos.
  • "¡¡Auuuuuuu!!. Eso duele, por favor muy despacio por favor".
  • "Joder que gustito notar el culo tan calentito, joder. Yo te voy a dar despacio perrita".
Me moví lo más rápido que pude en el culo de la chica, que no dejaba de quejarse mientras me la follaba a la máxima velocidad y sin cuidado alguno por su estrecho esfínter.
  • "Espero que esto te sirva de lección de que me tienes que obedecer siempre que yo te lo pida perrita".
  • "¡¡Aaayyy!!,Esta bien, por favor. Haré siempre lo que me digas pero no me folles tan rápido. Me estás haciendo mucho dañoooooo. ¡¡Bastaaa, ahhhhyyyy!!", respondió la chica con los ojos llenos de lágrimas.
No le hice ni caso y me follé el culo de la cría como una auténtica bestia hasta que tuve ganas de correrme. En ese momento se la saqué y le obligué a hacer algo que ella odiaba: abrir la boca y comerse hasta la última gota de mi leche.
Tragárselo se lo tragó todo, pero con constantes arcadas que casi la hacen vomitar.
  • "Perrita vamos a tener que evitar todos esos asquitos por beber mi leche. No me gusta nada o sea que vas a probar otra cosa. Quiero que me hagas un beso negro. ¿Sabes lo que es eso?".
  • "No. No me hagas nada por favor".
  • "Calla coño, deja de quejarte que no es para tanto. Me dijiste que has besado a algún chico en los labios, ¿no?".
  • "Sí".
  • "Pues es exactamente lo mismo un beso en los labios pero no en mis labios de la boca sino en mis labios del culo, o sea que ala cariño a chupar y meter bien la lengua, que sino me voy a enfadar de verdad contigo".
  • "No por favor eso no".
Me puse a cuatro patas delante de ella ofreciéndole mi culo que comenzó a chupar muy lentamente. Su lengua tocaba tímidamente mi ano a la vez que le daba arcadas y pasaba la lengua de arriba debajo de mi raja del culo chupando todo el sudor que se suele acumular ahí.
  • "Venga cariño. Como no note en 5 segundos tu lengua en lo más ondo de mi culo te vas a enterar de lo que es pasar una noche congelada de frío".
La chica obedeció y pegando sus labios a mi esfínter, empujó hasta mete su lengua por mi culo lo más ondo que pudo.
  • "Muy bien cariño ahora mete y saca la lengua. Abreme el culete con las dos manos para llegar más profundo".
La chica obedeció y metió su lengua hasta el fondo de mi culo. Eso me encantaba y poco a poco iba poniendo mi polla dura como una piedra. La tuve al menos 10 minutos besándome literalmente el culo hasta que mi polla estaba ya suficientemente dura, por lo que me tumbé en el suelo y le dije: "Ala preciosa, ya tienes la pollita medio dura o sea que ya sabes lo que hay que hacer: a cabalgar como una amazona".
Dicho y hecho, la chica se colocó a horacajadas sobre mí y se introdujo la polla en la vagina comenzándo a moverse primero lentamente y luego más rápidamente. En esa postura la chica era inlcreíblemente sexi, con sus tetas balanceándose y mis manos sujetándola por el culo.
Me la follé en cuantas posturas se me ocurrieron: yo encima, ella a cuatro patas, los dos tumbados de costado, ella contra la pared y yo desde atrás, ella en cuclillas y yo por delante y por detrás, … hasta que la hice tumbar en el suelo boca abajo. En esa postura era difícil, pero conseguí meterle la polla por su conejito con las piernas cerradas. Así parecía increíblemente más estrecho aún. Me estaban viniendo ganas de correrme, lo cual ella lo notó:
  • "Por favor, no te corras dentro. No estoy tomando pastilla ni nada, por favor. No te corras dentro", dijo la chica entre gemidos que no podía contener.
  • "Está bien, como prefieras".
En esa misma postura, sin dejar que se moviese, le saqué la polla del conejito y se la clavé hasta el fondo del culete. La chica gimió de dolor según mi polla se abrió paso en su ya otra vez cerrado agujerito, pero se dejó hacer.
Un par de minutos después Anita estaba disfrutando de la sodomización, gimiendo mientras yo me corría en su interior y mis manos estrujaban con mucha fuerza sus tetas que cogían desde la parte de atrás.
Así permanecimos un rato hasta que sin darnos cuenta habían pasado 3 horas desde que llegamos. La dije a Anita que en lo que se secaba la ropa tendida cerca de una estufa, me podía volver a chupar la polla y así hizo, pero esta vez no fue ella sola, sino que hicimos un 69 hasta el final. Estuvimos por lo menos 2 horas devorándonos el uno al otro, hasta que me corrí finalmente en su boca. Anita estaba extenuada y casi no podía mover el cuello. Además se había corrido al menos 4 veces y su cuerpo estaba completamente sudada. Esta vez, su grado de excitación era tal que no tuve ni que pedirle que se comiese mi corrida. Simplmente la devoró como una zorra en celo.
Había pasado toda la mañana o sea que Anita se vistió y la llevé a su colegio nuevamente para que pudiera marchar a casa normalmente. Todo el viaje fue como extasiada por el placer que había recibido a pesar de que todo empezó como una violación en toda regla.
  • "Adios, Anita".
  • "Adios mi amo", nos despedimos.
  • "A partir de ahora no te olvides que tienes que ser más obediente".
  • "No te preocupes mi amo. Haré todo lo que me mandes".
Nos despedimos hasta la próxima vez.



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