lunes, 1 de agosto de 2011

Culitos tiernos para un jardinero (XXI)

Sonia obedeció y entró de mi mano al baño de caballeros, en el cual había 5 o 6 chicos. Unos orinando y otros lavándose las manos. Todos sin excepción se quedaron alucinados al vernos pasar y entrar con toda tranquilidad en el último de los retretes, que estaba bien limpio. Tras cerrar la puerta por dentro, comenzó el espectáculo.
  • "Ven aquí, zorrita. Apoya las manos en la taza", le dije.
  • "Mi amo, ¿qué me vas a hacer?. Por favor, no. ¿Eso son unas esposas?. Mi amo, por favor no me ates aquí. Por favor te lo pido." Dijo la chica susurrando para no ser oída desde el exterior.
Sin hacerle ni caso, la até las muñecas trabando la cadena con la entrada de agua al WC, que estaba en la parte de la pared de la taza del water aproximadamente a 50 cm del suelo y los tobillos mediante unas esposas de cadena más larga que pasé por el otro lado de la taza. Atada de esta forma tenía estar completamente agachada dejando su espalda paralela al suelo y por tanto su sexo accesible desde la parte de atrás. Además la longitud de la cadena de los tobillos era tal que sus piernas quedaban una a cada lado de la taza del water, de forma que estaban un poco abiertas, dando total visión y por tanto acceso a su entrepierna. En esa postura, deslicé el vestido hacia abajo, sacándoselo por los pies, para lo cual tuve que soltar una de las esposas de sus tobillos, que luego volví a cerrar. Quedó por tanto la chica completamente desnuda, atada e indefensa ante mí. En esa postura, sus pechos colgaban hacia abajo y su preciosa y estrecha cintura daba paso a la parte mas preciosa de su cuerpo: su culo, que quedaba totalmente a la vista y alcance de cualquiera desde la parte de atrás.
  • "No, por favor. No me hagas esto mi amo. Aquí no por favor". Rogaba la chica con cara de asustada, mientras yo me colocaba detrás de ella, desde donde esa postura hacía que su entrepierna fuese totalmente visible para mí.
  • "Estas preciosa en esta postura. Veo que te has vuelto a retocar la entrepierna, porque no tienes ni un pelito. ¿Qué pasa, que pensabas enseñársela a alguien sin mi permiso?", le dije mientras mis manos comenzaron a masajear su precioso culo, pasando de vez en cuando por su entrepierna que estaba húmeda como ya había notado antes.
  • "Por favor mi amo, no me hagas nada aquí. Vamos fuera y te haré todo lo que quieras. Seré siempre obediente. Me he vuelto a depilar para la playa. Lo hago todos los veranos. Por favor, suéltame y deja que me vista".
  • "Mira, no me creo nada, porque te has depilado otra vez perfectamente la entrepierna. Seguro que se la has enseñado ya a algún amiguito", le dije mientras mi mano derecha ocupaba ya completamente la entrepierna de la chica, masajeando su clítoris con insistencia.
La chica, tratando de resistirse a mis caricias, se sentó en la taza del water, que era su única posibilidad de escapar a mis manos que recorrían su entrepierna.
  • "¿Se puede saber qué cojones haces, zorra?", la dije al ver que se sentaba para escapar a mis caricias. "¡Ponte como estabas y no me hagas enfadar más!", le dije mientras mis dos manos cogían sus pechos desde la parte de atrás pellizcando con fuerza sus pezones.
  • "¡¡Aaauuu!!", gimió la chica por mi pellizco, levantándose de un salto nuevamente. El grito sin duda pudieron oírlo todos los chicos que estuviesen en ese momento en el baño. "Está bien mi amo, lo siento, pero por favor no me hagas nada".
  • "Joder macho. ¿Tú has oído eso?", dijo uno a otro. "Se ha metido un tío ahí dentro con una tía negra que está buenísima. Seguro que se la está follando como un campeón, tío. Hay gente con suerte macho".
  • "Ya te digo. Vamos fuera, que como empiecen a gemir me voy a poner a tope y todavía me tendré que hacer una paja", le contesto otro.
  • "Mira niña, no solo eres mi esclava, sino que estás en la peor postura para exigir nada: abierta de piernas, en pelotas, en un water de tíos de una discoteca y además has sido mala o sea que mereces tu castigo. No me toques los huevos con más bobadas, porque me guardo tu vestido, me largo y dejo la puerta del baño abierta. ¿Vale o no vale?".
  • "Está bien mi amo. Lo siento. Haz lo que quieras conmigo. He sido mala y me estás castigando por ello", dijo reprimiendo un nuevo gemido de dolor por el pellizco de sus pezones.
  • "Eso está mejor", le dije mientras mis manos dejaban de pellizcar sus tetas, para volver a sobar sus nalgas y entrepierna. "Desde este momento hasta que yo te diga que tu castigo ha terminado no quiero que digas ni una sola palabra más. ¿Está claro, zorra?. ¡Ni una sola!", le dije susurrando al oído para no ser escuchado por los de fuera.
Sonia asintió con la cabeza, poniendo una cara que delataba sin duda que asumía que iba a hacer con ella lo que yo quisiese, abandonando la cara de ruego de súplica que tenía hasta ese momento.
  • "Eso me gusta más pequeña. Venga que empiece la juerga. Abre la boquita y empieza a chupármela otra vez. Quiero tenerla bien lubricadita para clavártela por el culo", de dije mientras me abría la bragueta y me sacaba la polla para ofrecérsela en sus labios.
Sonia obedeció y volvió a tragar mi polla por segunda vez en poco tiempo. En esa postura, no podía usar sus manos ya que las tenía atadas con lo cual la posición era si cabe más excitante. Mientras Sonia movía su cabeza arriba y abajo de mi polla apretando los labios como sabía que a mí me gustaba, mi mano derecha sobaba su entrepierna, metiendo de vez en cuando un dedito por su coñito o por su culito, arrancándola un gemido. Con tanto magreo de entrepierna, sus jugos quedaron extendidos por su ano, de forma que pensé era el momento de follárme ese culo negro que tanto me gustaba, por tanto tirando de su pelo la obligué a que soltase mi polla y colocándome detrás de ella, comencé a empujar mi polla por el apretado esfínter de Sonia, que nuevamente fue cediendo a mi entrada hasta que mi polla se clavó totalmente en su interior. Sonia se mordía los labios para no gritar ni gemir, pero no podía reprimir ciertos pequeños sonidos de las cadenas de las esposas al ser empujada por mí. Me follé el culo de la niña sin compasión. Sin pensar en su dolor, ni en que se lo podía haber roto por la brusca penetración. Cada 5 o 6 empujones sacaba completamente la polla para volvérsela a meter hasta el fondo y así torturarla un poquito más con una nueva dilatación del esfínter, que poco a poco se fue quedando realmente abierto, facilitando completamente mi penetración, momento que aproveché para cambiar de agujero y clavársela por el coñito. La vagina de la chica estaba increíblemente húmeda, como si el castigo recibido le estuviese excitando de sobremanera. Cuando mi polla entró en su vagina, un gemido de placer salió de la garganta de la chica. Gemido que posiblemente fuese oído por los que estuviesen en el exterior del baño. En esa postura, cogiendo a Sonia por las caderas, me la follé con rabia total y a toda velocidad, cambiando cada pocos segundos de agujerito, de forma que iba alternando culo y coño a mi antojo. El ano de la chica se volvía a cerrar en cuanto me pasaba a su vagina, o sea que cada nueva penetración era ciertamente dolorosa para ella, si bien cada vez menos. Después de 20 minutos de follada realmente brutal, pasé por última vez de su vagina a su culete, donde me corrí, llenando sus intestinos de mi esperma, mientras mis manos cogían sus tetas y las exprimían pellizcando de nuevo sus pezones para hacerla gemir. Lo cual hizo a pesar de tratar de contenerse. Para los de fuera ya era obvio que dentro de un water una pareja se lo estaba montando, y de vez en cuando se oían ciertos comentarios, unos más graciosos que otros.
Dejando mi polla en el interior del culo de la niña, saqué el bolsillo del pantalón el papel y el bolígrafo que había pedido en la barra al entrar en la discoteca y lo apoyé en la espalda de la chica para escribir en esa postura.
  • "Cada día me gusta más tu culo chica. No sé que haría sin poder metértela por aquí de vez en cuando", le dije mientras oprimía su esfínter anal con el pulgar de mi mano derecha, tratando de meterlo junto con mi polla". Eso hizo que la chica moviese compulsivamente la cabeza rogando que no metiera también el dedo por su culo junto con la polla. "Está bien, no te quejes tanto, que esto solo ha empezado".
Sonia me miró con ojos de asombro pero comenzando a comprender qué la iba a tocar pasar ahora algo parecido o incluso peor que en el parking hacía una hora aproximadamente.
  • "Mmmh, mmh", gimió como rogando que no lo hiciera.
  • "Tú tranquila y no te quejes, que ya te he dicho que no estás en posición de quejarte de nada. Veamos dije cogiendo el bolígrafo para escribir sobre el papel que había colocado en la espalda de la chica. ¿Cuánto pedimos por mamadita? Digamos... 30 euritos, como a los del parking", y lo escribí en el papel.
  • "Mmmmh, mmmh" trataba de llamar mi atención la chica sin hablar y moviendo la cabeza tratando de impedir que hiciese lo que era inevitable ya.
  • "Calla, coño", le dije mientras empujé con las caderas nuevamente para clavar bien hasta el fondo mi polla que aún permanecía en el trasero de la chica. "Y por tu coñito ... ¿Cuánto pedimos?. Digamos 50 euritos, que estamos de oferta, ¿vale?. Y la estrella, claro... digamos 70 por tu culete. ¿Qué te parece?. ¿Crees que la gente aceptará o no?. Yo creo que se van a pegar por aceptar pequeña. En cuanto abra la puerta y te ofrezca a la gente, se te van a comer viva. ¡Ah!, vamos a poner también 80 por el completo, es decir meterla a gusto del consumidor y también oferta de 25% de descuento si uno te folla la boca y otro culo o coño. ¿Qué te parece?", le iba diciendo mientras escribía todas las "condiciones" en el papel en blanco.
Sonia no sabía que hacer para llamar mi atención, pero desde luego no se atrevía a hablar porque solo empeoraría la situación. Sus ojos ahora sí que parecían realmente asustados por lo que se le venía encima.
  • "¡Ah!, otra cosa, para que veas que soy bueno voy a poner que se exige condón para usarte por el coñito y culito. No quiero que te contagien nada. Y que está prohibido correrse en tu boca. ¿Qué te parece?. No te quejes para que veas que soy bueno. ¡Ah!, otra cosa. Por correrse encima de ti voy a cobrar 5 euritos. Igual algún chavalito no trae dinero pero le apetece hacerse una paja mientras otros te follan. Hay que dar facilidades siempre a los que no tienen recursos. Y también voy a dejar a los que usen condón, que si quieren te lo vacíen encima gratis. También hay que dar alguna ventajilla a los buenos clientes. ¿Qué te parece?. Ya está todo por escrito para que lo puedan leer claramente los que quieran".
Sonia había bajado ya la cabeza resignándose a ser usada como una prostituta nuevamente, si bien de vez en cuando levantaba los ojos ante mis proposiciones por el asombro que le producían y la sensación de absoluta humillación a la que la estaba sometiéndola explicándola las condiciones en que sería follada mientras mi polla seguía descansando en su culete.
  • "Bueno, vamos al lío pequeña", le dije sacando mi polla ya de su culo, abrí la puerta y salí hasta los lavabos con la polla fuera del pantalón para lavarme un poco. En ese momento en el baño había 7 chicos, unos orinando y otros lavándose las manos. Todos ellos se quedaron flipados al verme salir así, y más porque alguno ya había oído los gemidos en el interior del water en que estábamos. Una vez limpio, me guardé la polla en el pantalón y les invité a todos los presentes a leer el papel que había escrito. "Señores, como un servicio extra de hoy os ofrezco follaros a la tía más buena que os imaginéis. Aquí mismo y en un momento. Aunque vuestras novias estén fuera esperando, en unos minutos os podéis follar a esta preciosidad que tenéis a vuestra disposición y salir a seguir bailando con vuestras novias. Acercaos sin miedo, por favor. ¡Eeh!, mirad, mirad sin miedo y comprobad la oferta, porque son cuatro perras por follarse a una niña como esta".
  • "¿De qué vas tío?. ¿Estas flipado o simplemente estás vacilando?".
  • "Ni lo uno ni lo otro. Tú ven. Acércate hasta aquí y mira dentro de ese water".
  • "¡Hostia!, joder. Me cago en la puta, joder que culo macho", dijo el primero en acercarse. Un chico de unos 30 años vestido elegantemente.
  • "Bueno, yo os dejo este papel con las condiciones. Si os interesa me lo decís. La chica ya veis que está buenísima, es jovencita y se va a dejar hacer todo lo que vosotros queráis".
  • "¡Hostia!. Javi, tío acércate un poco. Mira lo que hay aquí. Vaya culo macho. Joder, y qué tetas tiene".
  • "¿Me dejas tocar a la chica, tío?".
  • "Venga, ya que eres el primero te dejo sobarla un poquito para que veas lo rica que esta. Pero solo a ti. El resto tenéis que pasar por caja antes. Coño por solo 5 euritos os dejo haceros una paja encima de la tía mientras la sobáis lo que queráis".
El chico bien vestido se metió en el water y comenzó a sobar el culo de Sonia, la espalda, las tetas, la cara interna de los muslos e incluso la entrepierna, mientras un corro de 8 chicos más miraban.
  • "Hostia, que buena está macho. Qué pasada. Si la tienes atada, macho. ¿Qué pone en el papelito ese?. ¿Qué me cobras por follarmela?. ¡Hostia, que fuerte tío!", dijo.
  • "Leelo tú mejor, porque te doy un montón de opciones.
  • "¿Qué tal la chupa, tío?", dijo un chaval de unos 20 años con cara alucinada.
  • "Como los ángeles, chaval. Además mientras te la mama, la puedes sobar entera. Venga anímate"
  • "Ya te digo que me animo. Toma los 30 euros", dijo mientras me daba el dinero y entraba al baño. "Venga nena abre la boquita y mámamela bien", dijo a Sonia ofreciéndole su polla.
El primero ya había roto el hielo, y Sonia había comenzado a comerle la polla mientras el chico la sobaba el culo abriéndole las nalgas dejando a nuestra vista su chochito y ano perfectamente depilados.
  • "Joder cómo se la está chupando. Menuda guarra la negra. Toma 70 euros tío, que la voy a dar por el culo pero que bien dada", dijo el chico elegante que había tocado antes a Sonia, mientras se sacaba la polla por la bragueta.
  • "OK, pero ponte goma".
  • "Sí, sí, tranquilo. Llevo aquí una en la cartera", dijo mientras se comenzaba a enfundar la polla en un condón. "Ven aquí negra", dijo cogiendo a Sonia por las caderas, "que vas a saber lo que es tener el culo lleno de polla blanca".
Sin cuidado ninguno el chico le colocó la polla en el ano y empujó hasta clavársela hasta el fondo del culo, arrancando un gemido de dolor de la chica, que tenía la boca ocupada por la polla del otro chaval más joven. El chico se dejaba mamar totalmente relajado mientras le acariciaba un pecho, mientras el que la daba por el culo se movía frenéticamente.
  • "Hostia que pena no podérsela meter ahora mismo por el chocho para hacerle un buen sándwich", dijo uno de los chicos que contemplaban la violación.
  • "Tío yo me la quiero follar por delante y por detrás. Toma la pasta, que yo voy luego", dijo el chico mientras se sacaba la polla y se la meneaba un poco para enfundarse el preservativo.
  • "Vale venga tu siguiente".
  • "¿Me puedo hacer una paja y echarle todo en su cara negra", me dijo una chaval de unos 19 años.
  • "Claro tío, venga los 5 euritos y entra si quieres". El chaval entró disparado y comenzó a pajearse con una mano mientras con la otra estrujaba un pecho de Sonia de forma inexperta pero realmente violenta, arrancando gemidos de la boca llena de la chica.
El primero en correrse fue el que daba por el culo a Sonia, que gritó de placer al eyacular. Al terminar, se la sacó del culo e inmediatamente se quitó el condón y vació su contenido en el pelo de Sonia.
  • "Toma zorrita. Ya tienes un recuerdo mío. El culo un poco más abierto y el pelo lleno de mi leche. Hasta otro día", y salió dando un azote en las nalgas de Sonia. "Tío. Increíble. De verdad te digo. He ido muchas veces de putas. Ninguna me ha puesto tan cachondo como esta. Lo de atarla así en el water ha sido una idea increíble".
  • "Me alegro que te haya gustado. Estaremos un rato por aquí. Si luego quieres volver puedes hacerlo".
  • "Gracias tío. Ya veré. Desde luego está buenísima la tía".
Mientras me despedía del tipo elegante, el siguiente de la lista ya había entrado en el baño y se la había enchufado a Sonia por el coño. Este había sido más suave, pero a los pocos segundos ya se movía enérgicamente agarrando a la chica por las caderas y arrancando gemidos de su ocupada garganta. El segundo en correrse fue el de la mamada, que sacó la polla eyaculando de la boca y le tiró todo el semen por la mejilla, ojos y pelo de Sonia. Un momento después el chavalito de la paja dio hizo que Sonia le mirase para correrse sobre su cara. La corrida de este chico fue espectacular e inundó la cara de la chica, goteando al suelo el semen en pocos momentos. A los pocos segundos otro ocupaba su lugar y ya le había metido a Sonia la polla por la boca para que siguiese mamando.
Poco a poco se fueron haciendo 3 colas de tíos esperando en el baño. Probablemente la voz se corriese en la discoteca y los chicos iban entrando a ver a la negra que les habían comentado sus amigos. Incluso los 5 chicos a los que Sonia ya se la había chupado en el parking, entraron para follarla por el culo. A estos les hice un descuento especial del 30 % por buenos clientes. Las 3 colas que se iban haciendo eran: una para mamadas, otra para follarsela por el culo o por el coño y otra para pajearse sobre la chica.
Un hombre de unos 45 años vestido elegantemente de traje quiso hablar conmigo antes de que yo le aceptase para la cola:
  • "Yo quiero metérsela por detrás", me dijo. "Es algo que hasta ahora he intentado con varias tías, muchas de ellas putas y con ninguna lo he conseguido. Te lo advierto antes para que luego no tengamos líos".
  • "¿Por qué lo dices?, ¿has dado con tías muy escrupulosas y no se han dejado?".
  • "Que va, tío. Tengo una polla muy grande y aunque lo he intentado con muchas, no he sido capaz con ninguna. ¿Me dejas intentarlo con la negrita esta tuya?"
  • "Coño, será que las tías eran muy estrechas o ¿es que realmente tu aparato es enorme?".
  • "Júzgalo tú", me dijo y me enseñó la polla más enorme que he visto en mi vida. Al menos tenía 35 centímetros de largo y unos 8 centímetros de gruesa. Era parecido la parte más gruesa que utilicé para castigar a Sonia al poco tiempo de secuestrarla.
  • "Joder tío, ¿te has hecho un injerto con la polla de un caballo o qué?".
  • "Pues la verdad es que no. Es natural como la vida misma, pero macho aunque pueda parecer guapo, es una mierda porque hay a tías que no se la puedo meter, casi ninguna me la puede chupar y absolutamente ninguna le entra en el culo. Yo te propongo una cosa. Tu nena está buenísima y ya ves que estoy cachondo a tope o sea que te propongo una cosa. El dinero no me importa. Si te parece bien hacemos una cosa: yo me la intento follar por el culo. Si soy capaz de correrme dentro de ella te doy 500 Euros y si no soy capaz pues el intento es gratuito".
  • "Trato hecho con una condición. Tú vas a ser el postre al día. Tengo idea de estar aquí un par de horas o sea que si te parece ven en 1 hora y media y ponemos la guinda al pastel".
  • "Bien, me parece bien. Me voy entonces a tomar uno o dos cacharros y vengo en hora y media".
  • "OK. Por cierto, ¿cómo te llamas?".
  • "Cesar me llamo Cesar".
  • "Nos vemos en hora y media Cesar".
  • "Venga, hasta dentro de un rato", dijo saliendo del baño.
Mientras tenía lugar la conversación la siguiente tanda de 3 terminó con Sonia corriéndose casi a la vez: el de la mamada sobre su cara, el del coño una vez había eyaculado quiso vaciar su condón en el pelo y el que se masturbaba se corrió sobre la espalda de la chica. Los 3 siguientes inmediatamente pasaron, ocupando uno el culo de la niña, otro la boca, que se la follaba frenéticamente metiéndosela hasta los huevos y un tercero pajeándose mientras magreaba sus tetas. La escena continuó de forma más o menos monótona mientras uno tras otro se iban follando a la pobre chica, cuyo cuerpo al cabo de una hora estaba inundado del semen de todos los que habían pasado por ella. El culo de la chica era el agujero preferido de los chicos más jóvenes, que la daban por detrás con auténtica saña mientras los mayores solían preferir su boca o su coñito. Al cabo de hora y media si mis cuentas no fallaban, habían pasado 13 chicos por su culo, 2 por su coño, 16 por su boca y 20 se habían corrido sobre ella haciéndose una paja. Los 51 habían echado su corrida sobre su cuerpo, en especial sobre su cara y pelo, de forma que parecía que había metido la cabeza en un cubo de leche. Cesar apareció cuando los tres últimos chicos que había aceptado en la cola estaban ocupando su culo y boca, mientras al menos otros 15 chicos estaban mirando la escena alucinados. Unos pajeándose y otros mirando simplemente.
  • "Bueno, ¿estos son los que van delante de mí ya?".
  • "Sí. Luego vas tu. Me parece que tienes espectadores para animarte".
  • "Vale. No me importa. Joder tío, que pasada. ¿Cuánta gente se la ha follado en este rato?. Parece que la has duchado en leche, tío. Joder. Además el suelo está lleno de condones usados. Buf, que pasada y la tía aguanta macho. ¡Qué pasada!".
  • "Yo creo que tiene que tener el culo bien dado de sí, por que han pasado por ahí 13 pollas, o sea que tela".
  • "Bien, bien. Mejor. No me importa. Así a ver si se la puedo clavar. Oye esta que es una puta o que coño es?".
  • "Es mi esclava. Ha sido mala y la estoy castigando".
  • "Joder tío. ¿En serio me lo dices?".
  • "Sí. Totalmente. Toma mi teléfono, creo que hoy vas a terminar contento y a lo menor dentro de unos días quieres repetir en un ambiente más calmado".
  • "Vale dámelo. Por cierto voy a empujar con ganas. ¿Si la tía se pone a gritar que hago?".
  • "Ni puto caso. No gritará, pero aunque ponga cara de dolor tú intenta metérsela. Creo que una vez la clavé un consolador metálico tan gordo como tu polla, o sea que le tiene que entrar".
Mientras la conversación tenía lugar, los tres chicos que estaban con Sonia terminaron. El de la paja descargó sobre su espalda, el del culo vació el condón también en la espalda y el de la boca, un chico de unos 25 años, 1,60 de altura y unos 120 kilos de peso se corrió dentro de su boca a pesar de que se lo había prohibido expresamente.
  • "Lo siento tío. Se me ha escapado", me dijo mientras Sonia dejaba caer de su boca toda la corrida del chaval delante de todos los espectadores.
  • "Venga. Lárgate anda. Espero que al menos te la haya chupado bien. Como le hayas pegado algo te busco y te mato gilipollas".
  • "Lo siento tío. Tranquilo que no tengo nada. De hecho soy virgen".
  • "Vale, vale. Venga hasta otra", le dije. "Cesar, toda tuya. Bueno o todo tuyo, el culo me refiero".
Sonia, abrió los ojos como pudo pues los tenía cubiertos de semen y se quedó perpleja al ver el pedazo de aparato que tenía el tipo que se le acercaba. Instintivamente trató de retirar el culo hacia un lado, lo cual no hizo más que excitar al último violador.
  • "Ven aquí negrita", dijo cogiendo su cintura con las dos manos y acercándola a la enorme punta de su capullo. "No te muevas que es peor".
Los chicos que observaban la escena estaban perplejos mientras el tal Cesar colocaba la punta de su pollón en la entrada del culo de la chica, que estaba bastante dilatado por los ocupantes anteriores. Entre ellos comenzaron a correr apuestas a que no entraba. Solo yo aposté 5 a 1 a que sí entraba, ante lo cual todos comenzaron a apostar 10, 20, 50 y hasta 100 Euros pelas apostó uno de ellos.
Sonia se agitaba y gemía de dolor mientras el tal Cesar comenzaba a empujar. La chica trataba de patalear, tirar de las esposas hacia arriba, agitar la cabeza y abría los ojos completamente a pesar de que se le llenaban del esperma que goteaba por su cara. Eso hacía que le llorase, lo cual daba una escena realmente increíble, que fotografié una y otra vez.
  • "Joder tío está entrando", dijo Cesar después de meter el glande.
  • "Mete un poquito más y sácasela otra vez. No se la metas toda entera de golpe no vaya a ser que la desgarres", le dije yo.
  • "Vale".
El alboroto entre los curiosos que miraban la escena era tremendo. Todos ellos animando al tal Cesar para que se la metiese más fuerte. "Rómpela el culo", "jodete a esa negra", "hasta el fondo tío", "Dale, tío, dale fuerte", "abrelá en canal tío", eran algunos de los "ánimos" que recibía la pobre Sonia, que no dejaba de gemir por el dolor de la enorme polla que le penetraba por detrás. Su autocontrol era realmente grande y estaba llevando el castigo realmente bien, porque después de haberle dicho que no podía hablar, no lo había vuelto a hacer, a pesar de que seguro que ahora necesitaba imperiosamente gritar.
  • "Bien, tío. Venga sácasela ahora, lubrícala con saliva un poco y vuelve a clavársela un poquito más"
  • "Venga. Fuera pollita", dijo Cesar sacándola del esfínter de la chica, que dio un respingo de alivio a su dolor. "Si te parece la voy a lubricar con un poco del semen que tiene en las nalgas de su ocupante anterior", me sugirió Cesar mientras untaba su polla en las gotas de leche de la corrida de uno de los chicos anteriores y extendía con la misma polla esas gotas por el ya bastante dilatado esfínter de la chica.
  • "Supongo que valdrá. Venga dale ahora un poco más profundo y repite la jugada 3 o 4 veces más hasta que se la claves hasta el fondo".
Cesar volvió a la carga y ahora con algo más de facilidad introdujo casi la mitad de su pollón en el ano de Sonia, que intentaba patalear ofreciendo algo de resistencia a la entrada. Cómo yo le había pedido, sacó la polla, la lubricó con semen de sus ocupantes anteriores y volvió a introducirla en el culo de la chica un total de 6 veces. En la sexta introducción, la polla de Cesar se introdujo hasta las mismísimas entrañas de la niña, llegando a tocar con los huevos la entrepierna cubierta de esperma de la pobre Sonia.
  • "Hostia tío ha entrado entera. Joder. Hasta el fondo, macho. ¡Qué pasada!. Ahora me la voy a follar que me quiero correr en el culo más glotón que he visto en mi vida. No te muevas pequeña, que te voy a taladrar entera", dijo Cesar a Sonia.
  • "¡Joder tío, qué pasada!", dijo uno de los espectadores.
  • "He perdido 30 euros pero no me importa con tal de ver la enculada. Tío, vaya negra que tienes. Es espectacular. Auténticamente espectacular".
Las exclamaciones se sucedieron entre el público de la brutal violación anal de que estaba siendo objeto Sonia. Muchos de los espectadores se masturbaban viendo cómo poco a poco Cesar iba aumentando el ritmo de sus empujones.
  • "Chicos, chicos. Como premio de consolación a todos vosotros por las apuestas realizadas os dejo que uno por uno os corráis encima del cuerpo de la chica mientras nuestro amigo ‘trípode Cesar’ termina de follarsela por el culo. Quiero verla encharcada en semen de verdad. Venga pasad si queréis", les invité. "¿Te importa, Cesar?".
  • "No, no, venga al contrario, correos todos encima de esta puta asquerosa. Me parece que la gusta más la leche que a los peces el agua. ¡Venga, id pasando!".
Entre tanto los chicos se iban alternando, echando su descarga de semen sobre todo sobre la espalda de la chica, Cesar había aumentado el ritmo de su enculada hasta llegar a moverse frenéticamente, lo cual hizo que en pocos minutos se corriese chillando como un loco, dentro del culo de Sonia.
  • "¡Joder, zorra!. Toma leche, puta. Toma. Toda metida en el culito, para que no se te salga, pedazo de puta asquerosa", le insultaba mientras los chorros de esperma inundaban de nuevo el culo de la chica.
15 minutos más tarde, Cesar saco la polla del culo de Sonia. Para ese momento otros 12 chicos se habían corrido en su espalda y pelo, dejándolos empapados de esperma. Parecía que la chica se hubiese metido en una ducha de esperma. En es suelo se veían auténticos charcos del semen que había goteado del cuerpo de la chica.
  • "Bueno chicos. Espero que os haya gustado. Gracias a todos. Acaba de terminar la juerga por hoy. Adiós a todos y hasta otro día", me despedía de todos ellos, no sin antes dar mi número de teléfono a todo aquel que me lo pedía y tenía más de 20 años.
Una vez me despedí de todos los visitantes, me encerré en el baño donde estaba Sonia y me agaché para comprobar que el estado de dilatación del ano de la niña era increíble. Una chica podría sin demasiadas dificultades meter su puño por ese agujero, pero no quería castigarle más por el momento. Con cuidado de no mancharme de semen, le solté las esposas de los pies primero y luego de las muñecas.
  • "Bueno, pequeña. Puedes incorporarte. Tu castigo por desobediente ha terminado. También puedes hablar ya", le dije.
La chica no sabía que decir. Se incorporó con cuidado, con la cara llena de lágrimas, entumida por lo incómoda de la postura y también por haber soportado durante tanto tiempo empujones de unos y otros. Lo único que hizo fue llevarse la mano al trasero, pensando que podía tener sangre de la última relación. El culo lo tenía dolorido de verdad debido a la brutal sodomización.
  • "¿No vas a decir nada, pequeña?".
  • "No puedo hablar. No hay derecho a esto. Me duele todo. Yo no hice nada mi amo para merecer esto. Solo me olvidé de llamarte, nada más y has hecho que se aprovechen de mí todos estos muertos de hambre. Gordos, asquerosos, sucios, viejos y de todo. No hay derecho. Me la han metido por todos los sitios, me han pellizcado los pechos hasta hacerme llorar de dolor y tú has estado mirando divirtiéndote y cobrándoles dinero. Yo valgo más que todos ellos juntos y has hecho que me follen los tipos mas asquerosos".
  • "Así aprenderás a ser una buena esclava, pequeña. Eres una desobediente y has cumplido tu castigo por ello. Ahora vístete con el vestido y vayámonos de aquí, no vaya a ser que todavía venga algún borracho con ganas de follarse a una tía como tú".
Sonia se limpió con las manos sacudiendo al suelo el esperma que tenía en la cara para poder abrir los ojos y se colocó el vestido, que inmediatamente quedo empapado de semen.
  • "Pareces una puta de los videos japoneses, en los que 100 tíos se corren en una tía. Venga, vamos".
Sonia me siguió saliendo del baño y atravesando la discoteca, mientras nos cruzábamos con la mayoría de los chicos que se la habían follado por todos los sitios. Ella no les conocía puesto que no les veía la cara, pero ellos se quedaban mirándola con cara de auténticos cerdos. Alguno de ellos estaba con su novia, que le echaba la bronca por mirar a una desconocida. Ninguna sabía que hacía unos minutos sus novietes se habían follado a esa chica en el baño de caballeros.
Llevé a Sonia a la playa y le obligué a meterse al mar vestida para limpiarse un poco.
  • "Métete bien y lávate con vestido y todo. No quiero que huelas a semen, pequeña. Tienes 20 minutos", le dije mientras le daba una pequeña pastilla de jabón que llevaba en el coche y yo me sentaba pacientemente en una hamaca a esperar.
Sonia obedeció y se frotó con la pastilla de jabón todo el cuerpo, lavándose perfectamente, mientras algunas parejas que paseaban por la playa se quedaban mirándola con cara de sorpresa. Transcurridos los 20 minutos le dije que saliese del mar y se sentase en la hamaca conmigo para secarse un poco.
  • "Bueno. Espero que hayas aprendido la lección y a partir de ahora me digas todo lo que me tienes que decir", le dije
  • "No hay derecho a lo que me has hecho, mi amo. Me han violado esos cerdos por todos los sitios. Me has tratado como a una puta. Me duele todo", dijo Sonia mirando hacia el suelo.
  • "Bueno, no será para tanto. Desde luego después de lo de hoy su boca, tu coño y tu culete aguantan cualquier cosa. ¿Cómo llevas el culo tras la polla del Tarzán ese?".
  • "Me duelen las muñecas y los tobillos de las esposas, las mandíbulas de abrir tanto tiempo la boca y sobre todo me duele el culo. Ahora mismo al estar sentada me están dando unos pinchazos que ni te cuento. No hay derecho a esto. El juego de amo y esclava no puede incluir que me violen 50 tíos en el baño de una disco como a una puta fulana".
  • "El juego como tu le llamas incluye lo que yo diga. ¿Ya te has lavado bien el culo?".
  • "Sí, claro".
  • "Bueno, pues entonces si no te ha dolido con el agua de mar es por que no lo tienes roto. No te quejes tanto. ¿Cuántas veces te has corrido?".
  • "Sí claro, ya. Eso no tiene que ver. Me has tratado como a una puta de mierda".
  • "Te he tratado como te mereces. Como a una esclava que ha sido mala y hay que castigarla. ¿Te has corrido o no?".
  • "Sí varias veces. No se cuantas. 3 o 4 creo. Pero claro, yo no quería, lo que pasa es que no te queda más remedio si te están follando sin parar".
  • "Ya sabía yo que no había sido tan malo. Espero que este sea el último castigo que necesites para ser una chica buena. Venga vamos, que te llevo a tu casa".
Conduje mi coche hasta cerca de la casa de vacaciones de Sonia, donde detuve a la sombra de unos árboles muy frondosos.
  • "Bueno. No ha estado mal la noche le dije. Dame un beso de despedida", le dije.
Sonia obedeció y me dio un beso en los labios realmente sensual, para lo cual utilizó también su lengua. Parecía que no estaba tan arrepentida de lo que le había obligado a hacer.
  • "No ha estado mal, pero yo no decía en la boca, sino aquí abajo", le dije mientras me sacaba la polla completamente empinada desde hacía horas.
  • "¿Aquí mi amo?, ¿al lado de mi casa?".
  • "Por supuesto. Mámamela como tú sabes y haz que me corra en esa boquita negra que tanto me gusta, para que te tragues hasta la última gota de mi leche".
  • "Está bien".
Y sin más preámbulo, se quitó el cinturón de seguridad y se reclinó sobre mi asiento engullendo mi polla como si siguiese teniendo hambre. La postura la aproveché para con mi mano derecha subir su minifalda y sobar las nalgas de la chica, que subía y bajaba su boca sobre mi polla apretando a tope los labios. Mis dedos exploraron su entrepierna sin oposición ninguna, entrando en su coñito, arrancándola gemidos de placer y entrando en su ano, que seguía realmente abierto tras la follada del animal de la discoteca. Sin duda me apetecía darle por el culo, pero con el culo tan abierto, la sensación no sería la misma o sea que le dejé seguir con la mamada mientras mi mano masajeaba su clítoris arrancándole gemidos de placer que le llevaron al orgasmo en 2 ocasiones antes de que mi polla descargase su contenido en el interior de la garganta de la chica.
  • "Trágatelo todo, pequeña. No dejes ni una gota", le dije.
Sonia obedeció y limpió perfectamente mi polla con su lengua.
  • "Ya está mi amo", dijo incorporando la cabeza pero sin levantarse para que mi mano pudiese seguir acariciando su entrepierna.
  • "Maldita sea. Me estas pidiendo guerra. Esto es increíble. Ven aquí pequeña", le dije indicándole que se pusiese a cabalgar sobre mi, mientras tiraba el asiento del conductor lo más atrás que permitía mi coche.
Sonia obedeció y como pudo se colocó sobre mí dejando sus tetas a la altura de mi boca y metiéndose la polla por su húmedo coño.
  • "Joder, eres cada día más viciosa. Venga cabalga, que sino se me va a caer la polla y quiero darte una follada por esa maravilla de conejito".
Sonia se comenzó a mover como una fiera, lo cual hizo que sus tetas se saliesen del vestido para golpearme la cara, lo cual aproveché para comenzar a sobárselas y chupárselas mientras mi mano derecha no se retiraba de sus deliciosas nalgas. Se le había olvidado completamente que estábamos al lado de su casa y de hecho fueron varias las personas que pasaron por la acera y la vieron con claridad total cabalgar en el coche de un desconocido.
En pocos minutos, la chica consiguió que mi polla recuperase su fuerza total y consiguió hacer que me corriese por segunda vez en su interior, después de tener ella al menos otros 3 orgasmos. Cuando ya terminó conmigo, se quedó rendida sobre mi cuerpo notando cómo mi polla se iba quedando flácida en su interior.
  • "Me ha gustado tu regalo final pequeña. Has sido buena. Me alegro. De verdad espero que no tenga que volver a castigarte".
  • "Me alegro mi amo. A mi me ha encantado. Así sí que me gusta follar, pero no que me violen como a una perra atada en un water".
  • "Espero que no tenga que volver a pasar algo así. Puedes irte. Ya nos veremos pequeña".
  • "Adiós mi amo", se despidió Sonia saliendo por la puerta del coche mientras se colocaba el vestido que estaba totalmente calado de su baño en el mar hacía unos 45 minutos.

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