lunes, 1 de agosto de 2011

Culitos tiernos para un jardinero (XXVI)

Contacto telefónico y preparación

El fin de semana terminó con normalidad. Llevé a Elena a su casa, donde antes de llegar la premié con una buena comidita de coño, ya que se había portado estupendamente en el refugio de montaña. Haciendo de guardaespaldas y cámara de todo lo que allí paso. Elena me confesó que la chica rubia (Gemma) a la que no me había follado era la que más le gustaba desde siempre. La conocí desde hacía años y jamás había tenido un novio a pesar de que los tíos le entraban día sí y día también. Incluso ella llegó una vez a insinuarle si era lesbiana a lo cual Gemma respondió que no lo tenía muy claro.
Expliqué a Elena mi trato con Gemma y le prometí que como premio por su muy buen comportamiento, un día cuando le llame por teléfono también le llamaría a ella para jugar un rato.
El día siguiente, lunes, estaba siendo un día normal de trabajo sin más líos, pero a la hora de comer recibí una extraña llamada de teléfono.
  • "Hola soy Alberto. ¿Eres Carlos?".
  • "Sí soy yo. ¿Qué Alberto eres?".
  • "Te tienes que acordar de mí. Te vi follando a una chica chinita en una casa de Pozuelo donde estaba yo arreglando unas cañerías y luego nos follamos los dos a una negra que estaba más buena que la leche".
  • "¡Ah!, coño, como no. Alberto, ¿cómo estas?".
  • "Vaya, pues bien. Me alegro que te acuerdes. Dime, ¿qué quieres?".
  • "Oye te invito a comer y charlamos tranquilamente, porque es un poco largo de explicar por teléfono".
  • "Bien, ¿dónde estás?".
Casualmente estábamos no demasiado lejos el uno del otro trabajando, o sea que quedamos para comer más o menos a medio camino para los dos.
  • "Mira, te cuento la propuesta. Aunque yo soy fontanero la verdad es que el trabajo me va bien, he cogido a 3 empleados y estoy ganando pasta. Eso me permite relacionarme con gente de dinero e incluso me he metido en un club deportivo para ejecutivos de alto nivel en el que unos amigos y yo nos solemos correr unas orgías de cuidado con las tías más espectaculares que podemos pagar. Es tema es que queremos probar algo diferente. Yo les hablé de la negra que me follé en tu casa y los tíos pagarían un mogollón de pasta por tirársela y hacerle digamos unas cuantas perrerías a esa nena o a la chinita que vi contigo o a otra parecida".
  • "Tú dirás qué me pides".
  • "Si has oído las noticias últimamente igual te has enterado de lo de ‘Cazando bambis’, que supuestamente hace un tío en EEUU".
  • "Sí, algo he oído pero no he hecho mucho caso, porque tiene pinta de ser un rumor. Supongo que te refieres a lo de cazar a una chica desnuda con pistolas de ‘Paint Ball’, ¿no?".
  • "Sí. En efecto es un rumor, porque llamamos al supuesto organizador de estos temas. Estábamos dispuestos a pagar la pasta que pedía y el viaje, por participar en una de esas cacerías de chicas, pero nos confesó que simplemente lo había colocado en Internet por vacilar y por crear polémica, pero que ni organizaba ni pensaba organizar nada de eso".
  • "Ya, me lo imaginaba".
  • "Bueno pues lo que te pido es eso. Si eres capaz de follarte a dos tías como las dos que yo conozco, seguro que eres capaz de organizar algo de esto pero con una dificultad añadida. Queremos chicas jovenesv y que esté muy buenas. Desde luego nada de menores, pero no queremos tías de 40 y tantos más putas que las gallinas. No queremos a una puta que se limite a dejarse follar por la pasta. Queremos a una chica que corra intentando escapar de nosotros. Incluso no nos importa que se escape de verdad, porque solo la excitación de perseguirla va a liberar adrenalina suficiente en todos nosotros. Ahora, que si la cazamos, tendremos permiso de follárnosla cómo queramos durante por ejemplo 4 horas. ¿Qué te parece?".
  • "Buf. Vaya, el tema suena bien, pero no es fácil organizar lo que pides. Nada fácil".
  • "Ya lo sé. Eso no hace falta ni que me lo digas. Por eso te lo pido a ti. El precio ponlo tú, pero antes de aceptarlo queremos ver fotos de la chica a la que vamos a cazar y queremos saber dónde será la cacería. Queremos una oferta de verdad. No me vale que mañana me llames y me digas oye, te saldrá tanto dinero y quedamos el jueves en la puerta del Sol. Por cierto, no te lo he dicho, seremos 8 participantes".
  • "Bien. Entiendo por tanto que la pasta no es un problema sino que el problema es que el tema esté realmente bien hecho y las nenas estén buenísimas. Una cosa importante. ¿Queréis que sea una violación?. Ya me has dicho que no quieres una puta que se deje follar sin más. Yo he imaginado (corrígeme si equivocadamente) que lo que os apetece que es las chicas no se dejen follar, sino que tengáis que violarlas de verdad".
  • "Varias de las cosas que te estoy pidiendo no son legales, o sea que si lo que consigues es además de que la chica se resista a que la cojamos, que la tengamos que violar, pues sería la hostia".
  • "Vale. ¿Qué edades tenéis los participantes?. Te lo pregunto no vaya a ser que escoja una zona montañosa y alguno se me muera de un infarto en la segunda carrera".
  • "No. Tranquilo por eso. Creo que el mayor soy yo y tengo 43 años. Todos hacemos mucho deporte y estamos en buena forma o sea que no hay problema".
Seguimos durante toda la comida hablando del tema, con cuidado de cambiar de tema cuando el camarero se acercaba, para evitar problemas.
  • "Bueno, chico. Lo he entendido bien, y me están ya rondando por la cabeza varias ideas que creo que son realmente buenas, pero claro me llevará un tiempo ver si es posible, organizarlo, las chicas,... todo", le dije.
  • "Por supuesto. Mi teléfono lo tienes o sea que ya me dirás algo cuando puedas".
  • "De acuerdo. Déjame una semana por lo menos".
Esa semana fue realmente intensa en cuanto a la preparación de la petición de Alberto y mis relaciones con las chicas se limitaron a una visita a Verónica para comprobar que llevaba las bolas y de paso una mamadita y una enculadita, otra visita a Elena para follármela también en el baño de un centro comercial y una visita de bienvenida a Vanesa que volvía de vacaciones y la hice un 69 y me la follé en su piscina entre dos arbustos. Sonia todavía estaba de vacaciones, pero me mandó varios mensajes pidiendo permiso para enrollarse con chicos. Como no tenía tiempo para ella, le dije a todo que sí y ya hablaríamos a la vuelta.
Mi idea era ir más allá de lo que simplemente me había pedido Alberto, que era una cacería de una chica. Quería ofrecerles un fin de semana de cacería. El lugar ya lo había encontrado: se trataba de una casona, casi una mansión, que se alquilaba para las vacaciones en el norte de la provincia de Palencia. Se trataba de una casa de 3 alturas, con unos 15 dormitorios lujosos, que por lo visto un excéntrico millonario construyó no la idea de tener en su terreno caballos sueltos. Tenía un terreno de 5 x 2 kilómetros, vallados con piedra hasta 3 metros de altura y luego espino inclinado hacia dentro para que no se saliesen los animales. El vallado era perfecto para que las chicas no pudiesen escapar y la zona estaba absolutamente en la mitad de la nada, por lo que no había peligro que gente oyese algo y pudiéramos tener problemas. El terreno tenía una primera parte ajardinada próxima a la casa y el resto era un bosque no demasiado cuidado perfecto para el juego. Además la casa tenía una bodega completamente vacía y limpia en la que podía encerrar a las chicas hasta soltarlas. Alquilé la casa por 15 días como si se tratase de unas vacaciones familiares.
La elección de las chicas no fue fácil, pero ya que pensaba pedirles mucho dinero, opté por tratar de darles algo bueno pero que no fuesen mis chicas habituales Elena o Vanesa. No me importaría darles a Sonia, pero se salvó por estar de vacaciones demasiado lejos. Opté por tanto en primer lugar por Verónica, a la cual dije que se trataba de una persecución por el campo con pistolas de agua de la que si escapaba le daría 750 Euros y si no escapaba la sobarían entera y se la follarían bien follada. Nuevamente tuve que recurrir al chantaje para obligarle a ir, amenazándole con los vídeos que podía entregar a la policía. En segundo lugar llevaría a Lisa, la negrita de 19 años que formaba parte del grupo de Scouts que violé en el refugio de montaña y por último y como plato especial, Ana, la chica que había cumplido los 18 años pocos dias antes de la fiesta de los Scouts. Lisa y Ana eran mucho más inocentes que Verónica y fueron fáciles de convencer con las amenazas de publicar el video del refugio de montaña y arruinar sus primeros pasos en la carrera de modelos. Las dije al igual que a Verónica que debían escapar de pistolas de agua, que se trataba de un juego de ejecutivos jóvenes y que si escapaban ganarían 750 Euros y si no 300 … cantidades de dinero ridículas por otra parte. Las dos chicas finalmente aceptaron, sobre todo por las amenazas y porque no conocían ni la mitad de la mitad. A sus padres les dijeron que se iban juntas a la playa el fin de semana con una amiga común. Ya lo habían hecho otras veces y no sería un problema.
A las 3 chicas las obligué a sacarse unas fotos bastante inocentes desnudas, para incluir en el panfleto anunciador que pensaba enviar a mis clientes y las dije que las recogería el siguiente viernes a medio día.
Con el ordenador preparé un folleto de invitación en el cual se indicaba, adornado con fotografías, papel de calidad e impreso de forma profesional.
  • "Alberto. Hola. ¿Cómo estas?. soy Jose". Habían pasado 5 días desde nuestra conversación en el restaurante.
  • "Hombre. ¡Qué alegría oír tu voz!. ¿Qué me dices?".
  • "Ya tengo todo preparado. Cenemos hoy juntos y te entrego los folletos descriptivos que he preparado para los 8 participantes".
  • "Joder. Eso está hecho. A las 9 quedamos en el restaurante del otro día"
  • "Nos vemos".
Ambos fuimos puntuales y a las 9 y cinco minutos estábamos ya sentados en la mesa pidiendo una buena cena a la que por supuesto invité yo.
  • "Bueno, tío, venga que me tienes en ascuas. Cuando les he dicho que hoy había quedado contigo han alucinado. Querían venir todos, pero les he dicho que mejor quedamos tú y yo solos para no llamar demasiado la atención. Estamos todos mas calientes que ni te imaginas".
  • "Tranquilo. Me parece bien. He preparado todo perfectamente. Creo que os gustará, pero lógicamente lo bueno es caro. He preparado unos folletos. Este es el tuyo. Toma. Ahí tienes todo, y también el precio".
Alberto cogió el sobre y ansiosamente lo abrió, rasgándolo y comenzando a leer su contenido inmediatamente.
  • "¡Hostia!. ¡Joder, tío!. ¿Estas fotos son reales de las chicas?".
  • "Absolutamente reales … vamos que las he sacado yo. Son españolas las tres. Sanas, sin problemas de nada".
  • "El precio no es barato, pero vamos me tienes flipado. Cuenta con todos nosotros. Está dentro de nuestras posibilidades para el capricho. Entiendo que te encargas absolutamente de todo".
  • "De todo. Vosotros solo debéis darme el dinero durante la semana próxima para preparar todo perfectamente y el viernes comienza la cacería".
  • "Joder que nenas. ¿De verdad que una tiene 18 años, tío?".
  • "Absolutamente. Como me imaginaba que podías dudarlo, les he pedido sus DNIs originales para que los véas y mañana se los devuelvo. Mira aquí tienes".
  • "Joder. En mi puta vida había pensado nada con una chica de la edad de mis hijas. ¿Seguro que se la puede follar y eso?. A ver si es demasiado estrecha...", dijo Alberto mirando los DNIs de las chicas.
  • "Olvídate de eso. Yo la he catado ya y te garantizo que le cabe una buena polla y que grita como una zorra".
  • "Joder, tío cuando lo vean estos van a flipar. Solo déjame hacerte una petición. Un par de los chicos me ha pedido si es posible hacer un vídeo de las escenas que quieran filmar".
  • "Claro que sí. No hay problema. Podéis filmar o fotografiar lo que queráis. De todas formas, se me olvidó poner una nota diciendo que yo mismo filmaré todo lo que pase allí y os entregaré una copia a cada uno de vosotros. Digamos que eso está incluido también en el precio".
  • "Joder, eso es todavía mejor. Vale de acuerdo, yo lo comento con todos".
Terminamos la cena con total normalidad y el martes a la mañana Alberto me llamó para darme el dinero de los 8: 72.000 Euros por el fin de semana. La verdad es que lo que había comenzado como un juego excitante, estaba pasando a ser, al mismo tiempo, un negocio muy lucrativo. Los vídeos de todas las filmaciones hechas a las chicas, habían sido retocados digitalmente para hacer borrosa mi cara y los estaba comercializando con increíble éxito en círculos exclusivos primero y en Internet al cabo de unos meses.
El fin de semana previo a la cacería fue muy intenso en cuanto a las preparaciones y no tuve tiempo para dedicárselo a ninguna de las chicas. Lo mismo ocurrió durante la semana, en la cual solamente quedé con cada una de las tres chicas que participarían en la cacería, para asegurarme su lealtad y que estarían el viernes en el lugar que yo les indicase. Quise follarme a las 3 chicas, pero solo lo hice con Verónica, a la que quité las bolas chinas para el fin de semana, además de encularla y correrme sobre su cara nuevamente entre los arbustos del parque donde hacía footing por las noches.
La semana pasó volando y llegó el viernes. Recogí a las 3 chicas a las 3 de la tarde, para llegar antes que mis invitados a la casa del norte de Palencia. El tráfico a esas horas no era un problema y llegamos sobre las cinco y media a la casa, es decir media hora antes de que las dos limusinas mercedes que había contratado recogiesen a los 8 participantes y los trajesen al lugar en que nosotros ya nos encontrábamos.
Bajé con las chicas a la bodega, donde había dispuesto todas las cosas necesarias. Lo primero que hice fue esposar a las 3 chicas una por una al techo con unos grilletes que había colocado. De esa forma podía manejarlas mejor una a una. Primero fue Verónica la que desnudé. No se resistió demasiado y dejó que le quitase toda la ropa sin mayores problemas. La camiseta tuve que rompérsela para poder quitársela, ya que estaba esposada al techo. Una vez desnuda completamente, le di un aceite brillante y oloroso por todo su cuerpo. Esa fue una parte más placentera, puesto que me concentré especialmente en sus tetas, culo y entrepierna, que manoseé a placer. Para terminar, le puse unas zapatillas de deporte nuevas con unos calcetines de tenis. Ese iba a ser su uniforme del fin de semana. Con las zapatillas puestas, la coloqué un grillete del cuello con una cadena y saqué una de las jaulas que había hecho construir, que había dejado fuera de su vista ocultas en la misma bodega. Se trataba de unas jaulas de 2 metros cuadrados de base por un metro de altura, con suelo de madera recubierto por un acolchado negro. Las paredes y el techo eran barrotes de un plástico cromado que las hacían bonitas y a la vez no demasiado pesadas. Las jaulas y las ataduras del techo estaban diseñadas de forma que tirando con la mano por la cadena que había puesto en su cuello, fácilmente obligué a la chica a meterse en la jaula. Eso costó un poco más, puesto que se resistió a entrar en su pequeña cárcel. Finalmente y tras unos minutos de forcejeo en los que se agarraba a la parte de fuera de la jaula para no entrar, no tuvo otro remedio que dejarse llevar al interior, ya que los tirones de la cuerda del cuello eran demasiado fuertes y no le dejaban respirar bien. Una vez dentro, cerré la puerta con llave para evitar que pudiese salir.
Repetí el proceso con las otras dos chicas, primero con Lisa y finalmente con Anita. Esta última estaba realmente asustada y no dejaba de rogar que no le hiciese nada mientras le daba el aceite en su perfecto cuerpo. Mi excitación después de manosear a las tres chicas era tal que tenía necesidad de descargar de alguna forma, por lo que antes de meterla a la jaula y mientras estaba colgada del techo, me coloqué detrás de ella, me saqué la polla y me la follé desde atrás.
  • "¡¡Aaauuuuuu!!", gritó la chica al recibir mi polla en su conejito adolescente sin previo aviso.
Pero eso fue solo el principio, porque cuando mi excitación estaba cercana al orgasmo decidí volver a utilizar su estrecho y adolescente culo o sea que en esa incómoda postura para ella, abrí sus nalgas con las dos manos y con dificultad, puesto que se movía para impedirlo, violé su precioso culo nuevamente hasta correrme en su interior. Terminada la escena, metí a la chica en la tercera jaula como a sus compañeras.
Con las chicas ya preparadas, metí todas las provisiones que había comprado en la cocina y utilicé la siguiente hora para dejar sobre la cama de los dormitorios de cada uno de los invitados la ropa y ‘el arma’ que emplearían el fin de semana. La ropa era una ropa militar negra que incluía pasamontañas por si querían no ser reconocidos por las chicas. Como calzado tenían dos posibilidades: unas botas militares o bien unas zapatillas de deporte posiblemente más cómodas para correr. Cada uno tenía también un rifle de ‘paint ball’, con la particularidad que las bolas no tenían pintura en su interior, sino agua, ya que no se trataba de ver si dábamos o no la nuestras víctimas manchándoles de tinta sino simplemente de capturarlas. El uniforme también incluía unas esposas, unos grilletes para los pies de la víctima capturada, una correa de cuero con candado y con una cadena para sujetar a la chica por el cuello a la que se podía amarrar también la cadena de las esposas y una red de nylon muy ligera de unos 9 metros cuadrados que se podía emplear para hacer caer a las chicas. Además había dejado a cada uno 4 cámaras de fotos de usar y tirar, si bien les había indicado ya que si alguno podía utilizar su propia cámara de fotos, desde luego podía hacerlo con la condición de que yo revelaría las fotos y si había algún negativo en que se viese alguna de nuestras caras descubiertas lo tiraría. El equipaje también incluía un walkie talkie con cascos y micrófono incorporado para hablar entre nosotros a la hora de buscar a las chicas y un GPS de bolsillo para que ninguno se me perdiese por la finca.
Terminé de preparar hasta el último detalle, media hora antes de que las limousines llegasen a la puerta exterior de la casa, que abrí con la apertura a distancia y salí a recibir a mis invitados a los que estreché la mano uno por uno para después dar las gracias a los conductores de los coches, y recordarles que el domingo tenían que volver a recogernos.
  • "Señores, ante todo gracias por venir a este fin de semana de cacería. Pasen por favor. Veo que han traído algo de equipaje de mano. Por favor súbanlo a sus respectivas habitaciones en la primera planta. Cada uno tiene su nombre en la puerta de una de las habitaciones. Sobre las camas tienen las ropas que usaremos mañana y el domingo. Les pediría que antes de nada se las pongan desde ahora mismo y que bajen con ustedes las armas para hacer unas pruebas hoy mismo. Yo mientras están arriba, también me cambiaré de ropa.
  • "Carlos tío, nos tienes flipados con la organización de este asunto. No te puedes ni imaginar las ganas que tenemos de ver a las piezas. Por cierto, llámanos de tú a todos".
  • "De acuerdo. Todo a su tiempo. Pues lo dicho gracias por venir y os espero en 20 minutos aquí en la cocina".
Yo me cambié en 5 minutos de ropa, poniéndome la ropa militar y los invitados fueron bajando enseguida. Todos parecían tipos agradables y probablemente nadie en su familia pensase que les podían gustar este tipo de juegos. A medida que iban bajando, les estrechaba la mano para presentarme y les invitaba a coger una cerveza de la nevera mientras íbamos charlando sobre como iba a ser el fin de semana. La excitación de todos era evidente y si por ellos fuese, se follarían a las chicas ya mismo, pero eso no era el encanto del show.
  • "Bueno, pues lo dicho. Ya que estamos todos, os recuerdo el plan de hoy: primero cenaremos algo tranquilamente. Por cierto, os podéis suponer que no he hecho venir a un cocinero por razones obvias. Estoy seguro que a alguno le gusta cocinar, o sea que como si fuese un fin de semana de caza en un refugio, tenemos en la nevera todo lo necesario. Si os parece tengo unas excelentes chuletas que podemos cocinar esta noche en la parrilla que hay en el jardín".
Todos asintieron y 3 de ellos dijeron que les gustaba cocinar o sea que salimos al jardín con la carne y unas botellas de reserva de Rioja para cenar. En una hora las chuletas estaban hechas y una hora más tarde habíamos terminado de cenar y tomar una copa en la mesa del jardín.
  • "Por cierto, antes de que se me olvide informaros de un asunto. Ya hablé con Alberto de que yo filmaré todo lo que ocurra este fin de semana para que podáis tener un recuerdo en video de la experiencia y además en este salón hay instaladas 2 cámaras fijas que grabarán por las noches, por si ocurre algo interesante en el salón. ¿Estáis de acuerdo todos?".
  • "Sí. Perfecto", respondieron todos.
El paso siguiente era aprender a utilizar las armas, para lo cual había preparado unas dianas a 10 y 25 metros. Les dije como se utilizaban y cómo se recargaban las armas. Comprobaron cómo a 10 metros era muy fácil hacer blanco, pero a 25 ya no lo era tanto. Les advertí también de que las bolas llevan una gran velocidad por lo que no se debe nunca disparar sobre la cara de la víctima. Les advertí también que con las chicas estaba permitida cualquier cosa que ellos quisiesen siempre que no hiciese sangre ni por supuesto pusiese en riesgo su vida. Todos asintieron dando la razón y practicaron con sus rifles durante media hora.
  • "Señores, son más de las once de la noche y mañana comenzaremos a las 10 de la mañana. Estoy seguro que antes de ir a dormir quieren ir a ver a las piezas, o sea que por favor recojamos en un momento esto y vamos a la bodega. Dejen aquí fuera los rifles, puesto que las chicas están enjauladas y sería demasiado fácil dispararlas".
Todos cooperaron y en un momento estábamos accediendo a la puerta de la bodega que por supuesto estaba cerrada con llave. Las chicas se asustaron muchísimo cuando nos vieron entrar con los uniformes y a todos los invitados con la cara cubierta por el pasamontañas y trataron de acurrucarse en las esquinas de sus jaulas cubriéndose el cuerpo como buenamente podían.
  • "Señores aquí tenéis a las tres piezas. Sus nombres están puestos en cada una de las jaulas. Como veis creo que no os defraudará en absoluto. Ahí tenéis a Verónica, Lisa y Ana. Podéis verlas un rato e incluso tratar de tocarlas si se dejan o hacerles fotos".
  • "¡Joder!", exclamaron uno por uno todos los participantes.
Los hombres se acercaron a las jaulas y una por una las fueron recorriendo, fotografiando a las chicas y también a ellos mismos junto a las chicas. Metían sus manos por entre los barrotes y manoseaban a las tres chicas como podían ya que ellas se resistían y se movían de un lado a otro de las jaulas para evitar sus manos. La primera en ser manoseada a conciencia fue Lisa, que fue acorralada en uno de los extremos de la jaula por dos de los hombres que la sujetaban por los brazos sacados por entre los barrotes. En esa postura Lisa estaba sentada en el suelo dejando sus perfectos pechos a la vista de todos. Otros dos hombres la sujetaron por los tobillos y la obligaron a doblar las rodillas, de forma que su coñito quedaba completamente a la vista, circunstancia que aprovecharon todos para sacarla fotos en esa postura mientras sobaban su entrepierna metiendo el brazo en la jaula. Hicieron exactamente lo mismo con todas las chicas e incluso alguno de los hombres intentó obligar a las chicas a que se la mamase a través de los barrotes, lo cual no consiguió, ya que ellas se movían y era imposible sujetarles con fuerza para poderles obligar a las chicas a comer las pollas. Solo Lisa tuvo por un instante de unos 3 segundos la punta de la polla de uno de los hombres en su boca, pero revolviéndose consiguió sacársela. Estuvieron al menos 2 horas sobando y fotografiando a las chicas, cuyo nerviosismo era evidente y sus gritos y súplicas constantes. Finalmente la mayoría de ellos optaron por dar por imposible la mamada y hacerse una paja salpicando sus corridas en los cuerpos de las chicas indefensas.
  • "Mañana veremos si me la chupas o no negrita", dijo uno de ellos.
  • "Joder que tías macho".
  • "Yo incluso me quedo con la de las tetas pequeñas. ¿Has visto lo buena que está?. Tiene el mejor culo que he visto", dijo otro refiriéndose a Verónica.
  • "No sé, yo me quedo con la nena de 18. Joder macho, que pasada de tías. Cualquiera de ellas podrías ser una amiguita de nuestros hijos".
Los comentarios siguieron toda la noche hasta que a las 2 nos fuimos a dormir todos despidiéndonos hasta las 09:30 del día siguiente para el desayuno.

Puntuales a las 09:30 desayunamos todos, cada uno tomando lo que quiso. Todos estábamos vestidos y con los rifles de bolas de agua, por lo que en media hora bajamos a la bodega y entre cuatro, cogimos la jaula de Verónica y la subimos al jardín.
  • "Dejadme por favor. ¿Qué me vais a hacer?. Dejadme", sollozaba la chica mientras la subíamos por las escaleras hasta posarla en el jardín.
  • "Bueno, comienza el juego. Voy a abrir la puerta de tu jaula en un momento. Como puedes ver tenemos todos unos rifles que disparan agua. El asunto es que el agua va en unas bolitas de plástico que van, digamos, a bastante velocidad, o sea que más te vale que no te demos porque te van a hacer daño. Mira", le dije mientras disparaba con mi rifle unas bolas a las sillas del jardín, que debido a los impactos cayeron al suelo".
  • "Dios mío. ¿Qué es esto?. Me vais a matar por favor".
  • "Esto es una guerra. Tú te puedes rendir si quieres, pero si te rindes te puedes imaginar lo que te vamos a hacer además que igual te fusilamos para divertirnos. De todas formas no te preocupes. Matarte no te vamos a matar pero un moratón si que te hará cada disparo que acertemos. De todas formas haces mucho footing y tienes un buen bosque delante donde esconderte. Además te daremos 5 minutos para que salgas antes que nosotros. ¡El tiempo empieza a correr ya!, le dije al abrir la puerta de la jaula".
Verónica salió dubitativa y no sabía que hacer. Estaba desnuda y se cubría el cuerpo con sus brazos como buenamente podía. Los 9 hombres la miraban apuntándole con un cacharro que podía hacerle mucho daño.
  • "Esto te ayudará a poner interés en que no te cojamos", le dije disparando mi fusil a unos 5 metros de distancia y haciendo blanco en su brazo izquierdo".
  • "¡¡Aaaauuu!!, ¡mi brazo!", se quejó la chica echándose mano al brazo, donde la zona del impacto se puso roja de inmediato. El dolor sentido le hizo darse cuenta que debía correr y eso es lo que hizo, salió corriendo agarrándose el brazo con la otra mano.
  • "Joder que culo tiene esta tía macho", dijo uno de los chicos al verla correr en dirección al bosque.
  • "Ya te digo que sí. Hay que cazarla y joderla bien jodida. Igual hasta se la meto por el culo. ¿Se puede hacer eso, jefe?", dijo otro.
  • "Ya os dije las normas. Que yo sepa, encular a una zorra no tiene por qué hacerle sangrar si primero se hace con un poquito de cuidado, o sea que ... tú mismo".
  • "Buf, chico que impaciencia. ¿No han terminado ya los 5 minutos?".
  • "Esperad un poco chicos. No seáis impacientes coño. Tenemos horas para cazarla y si lo hacemos en 2 minutos el tema no es tan divertido". Para ese momento Verónica ya se había adentrado en el bosque y la habíamos perdido de nuestro campo de visión. Incluso ya no se ha oía correr.
Pasados los 5 minutos les anuncié que el tiempo había transcurrido y la cacería podía comenzar.
  • "Poned los talkies en el canal 7 para que podamos hablar todos y el GPS encendido para saber nuestra localización. Tened en cuenta que el bosque es privado y está vallado, pero es bastante grande, de unos 10 kilómetros cuadrados. Yo os seguiré en retaguardia por si queréis mi ayuda para lo que fuese. Distribuíos como queráis, buscad a la chica y traedla aquí. Cuando la traigáis, os daré la llave de la jaula por si queréis encerrarla dentro. A partir del momento en que la cacéis la chica es vuestra hasta el domingo a la hora de marchar por la tarde y le podéis hacer lo que queráis manteniendo las normas que os he comentado antes. ¿Alguna duda?".
  • "No, todo claro", respondieron todos.
  • "Venga chicos a por la zorra. ¡Buena suerte!".
  • "¿Os parece que vayamos en pareja?", dijo Alberto.
  • "Sí venga vamos de dos en dos por si necesitamos ayuda", respondió uno de sus compañeros.
  • "Si os parece, podemos llamarnos equipos 1, 2, 3 y 4".
  • "Venga de acuerdo. Vamos al tema".
En breves segundos se organizaron de 2 en 2 y salieron andando a paso ligero hacia el bosque tratando de cubrir la mayor parte del ancho del bosque extendiéndose los 8. Yo les seguí a unos metros por detrás por la zona central. Mi equipo era el mismo y además llevaba una cámara termográfica que podría ser de ayuda en caso de que la chica estuviese muy bien escondida.
En cuanto nos adentramos en el bosque, las parejas se separaron y fueron abriéndose paso por las zonas más fáciles del bosque, que eran pequeños caminos de tierra por los que iban avanzando registrando los laterales. Los chicos iban todos comentando por los talkies lo que harían con la chica una vez que la cazasen.
Verónica había corrido bien puesto que el tiempo iba pasando y los cazadores no daban con ella, lo cual aumentaba aún más su excitación.
  • "Eh chicos. Me parece que acabo de verla a unos cien metros de mi posición", susurró por el talkie uno de los chicos al cabo de hora y media de búsqueda. "Rober, ¿me oyes?"
  • "Sí voy para allá, José Antonio", dijo su compañero.
  • "Creo que está detrás de aquellos arbustos. Me parece que se ha escondido al verme. Voy a disparar a ver si sale" dijo José Antonio.
En cuanto José Antonio disparó por la zona de los arbustos, a pesar de que estaba muy lejos para tener algo de precisión con el rifle de bolitas, Verónica se asustó y salió corriendo.
  • "¡Mírala!. Ahí está. ¡Venga a por ella!", dijo corriendo detrás de ella seguido por su compañero.
  • "Os informo a todos", dijo Rober por la radio. "La acabamos de ver y la seguimos corriendo. Nuestras coordenadas según el GPS son las siguientes" y les transmitió sus coordenadas, "tratad de venid hacia nuestra zona y la vamos cercando por si no la cogemos. Estamos corriendo detrás de ella".
Al principio de la carrera los chicos le recortaron ventaja a Verónica por su mayor fuerza, circunstancia que aprovecharon para dispararla según iban corriendo en cuanto tenían un buen blanco.
  • "¡Para zorra!. ¡Si te dejas coger tienes mi palabra de que no te dispararé. Si no te dejas y me haces correr detrás de ti te voy a poner a caldo!", dijo Jose Antonio.
Verónica seguía corriendo sin mirar atrás todo lo que podía, campo a través, saltando hierbas y ramas de arbustos.
  • "¡Toma zorra!, trágate eso", dijo Jose Antonio disparando una ráfaga de 10 o 12 bolitas con la rodilla en tierra cuando se puso a 25 metros de la chica.
Todas las bolitas fueron contra los árboles excepto una que sí hizo blanco en las nalgas de Verónica. Estuvo a punto de caer por el impacto de la bolita pero siguió corriendo tras echarse la mano a su nalga derecha para comprobar si tenía sangre y cojear durante los pasos siguientes. El dolor fue muy grande y le hizo dar un aullido de dolor. No quería ni imaginarse lo que pasaría si la cogían y la fusilaban como habían amenazado con hacerle. Eso hizo que corriese aún más y junto con un tropezón que se dio José Antonio al levantar la rodilla del suelo para seguir persiguiéndola, consiguió despistarle de nuevo. Unos segundos después llegó Roberto a su altura, pero la chica había desaparecido de nuevo.
  • "La he perdido a la muy zorra. ¡Joder cómo corre la tía!. La he alcanzado con un disparo en el culo, pero no se ha caído y ha seguido corriendo", explicó Jose Antonio a su compañero.
  • "Se nos ha escapado en dirección sur. Creo que Emilio y Marcos venís por esa zona", dijo Roberto por el talkie.
  • "Sí ya te hemos oído antes las coordenadas, vamos hacia vosotros. Estamos a unos 35 metros de vosotros".
  • "Nosotros vamos corriendo hacia vuestras posiciones, ya que estamos todos más al norte y por aquí no ha venido", dijeron los otros 4.
Verónica siguió corriendo sin parar durante 10 minutos sin darse cuenta que iba directamente hacia las posiciones de otra pareja de cazadores.
  • "Emilio, tío allí se mueve algo. Seguro que es la zorra. Escóndete que viene hacia nosotros", dijo Marcos posando la rodilla en tierra y escondiéndose tras un árbol.
  • "Chicos viene hacia nosotros. La vamos a esperar a ver si la capturamos", dijo Marcos por el talkie transmitiendo su posición de GPS.
Cuando la chica estaba a unos 15 metros, Emilio y Marcos salieron detrás de los dos árboles en que se escondían y le cortaron el paso.
  • "Ni te muevas o te acribillo, zorra. ¡Tírate al suelo!. ¡¡Venga al suelo he dicho!!, o disparamos", dijo Emilio.
Verónica detuvo en seco su carreraza jadeando y comenzó a dar pasitos hacia atrás asustada por los dos rifles que le apuntaban delante de ella.
  • "¡¡Que no te muevas joder!!. ¡Tírate al suelo ya!", dijo Emilio de nuevo.
Verónica optó por no hacer caso y salir corriendo en dirección Este, saltando unas matas que tenía delante, viendo que unos árboles podían facilitar su huida sin que le alcanzasen los proyectiles de sus cazadores, pero Emilio y Marcos dispararon todos los proyectiles que pudieron hacia ella. La mayoría impactó en los árboles, pero al menos 4 de ellos impactaron en su cuerpo: dos en la espalda, otro en el brazo derecho y un tercero en sus nalgas. El dolor por cada impacto recibido, hacía que la chica gritase por el dolor y una lágrima le caía por la mejilla como consecuencia de ello, pero prefirió optar por no rendirse y salir corriendo de nuevo. Ya eran cuatro los cazadores que la pisaban los talones, puesto que Emilio y Marcos salieron corriendo detrás de ella a unos 20 metros de distancia.
  • "¡Quieta, zorra. Como corras es peor!", gritaban según la perseguían, pero Verónica estaba en forma y era realmente difícil capturarle.
  • "La hemos dado con varios proyectiles, pero ha salido corriendo en dirección Este", gritó Marcos por el talkie.
  • "Vamos hacia vuestra posición", respondió Oscar desde el equipo 1.
  • "Nosotros también", dijo Jesús en el equipo 2.
  • "Es mejor que los equipos 1 y 2 no vengáis directamente hacia el Sur. Mejor que llevéis dirección Sureste, para tratar de ir cercándola. La tía corre un huevo y va a ser difícil cazarla si nos juntamos todos".
  • "Recibido. Somos el equipo 2 y vamos hacia el sureste para cerrarla más arriba", dijo Jesús.
  • "Lo mismo digo desde el equipo 1. Vamos hacia el Sureste", dijo Oscar.
Mientras conversaban, Emilio y Marcos seguían corriendo detrás de Verónica, pisándole los talones y disparándole en cuanto tenían un disparo claro. Todos los disparos que hicieron en carrera se estrellaban contra algún árbol y ninguno en el cuerpo de la chica, porque no conseguían apuntar con algo de precisión. Para tener precisión era necesario pararse, pero ello significaba dar metros de ventaja a su presa y no querían hacerlo.
Emilio era algo más ágil que Marcos y era el que conseguía mantener el ritmo de carrera de Verónica, siguiéndola a unos 25 a 30 metros, pero no lograba reducir esa distancia.
  • "La veo de nuevo a unos 50 metros de mí", dijo Jose Antonio por el talkie. "Javi y yo la seguimos".
  • "Ten cuidado no me vayas a disparar a mí", dijo Emilio. "Voy persiguiéndola a unos 25 metros".
  • "Tranquilo. Vamos a correr en paralelo a ella para tratar de echarla hacia el muro y acorralarla al menos al final de la finca".
  • "Buena idea. Equipo 1, si me oís, creo que lo mejor es que tratéis de llegar al muro del final de la finca cuanto antes. Si corréis por un camino en lugar de campo a través, seguro que llegáis antes".
  • "Soy Oscar. Oído. Pedro y yo seguimos el camino para llegar al muro del fondo cuanto antes".
  • "Soy Marcos. Yo no te puedo seguir corriendo Emilio, o sea que voy a ir en paralelo al muro lateral para que no se nos escape por ahí".
  • "Vale. Entendido. Joder como corre esta zorra".
La persecución siguió un buen rato de forma similar. Emilio seguía a la chica a unos 25 metros disparándola de vez en cuando sin apuntar, sobre todo para asustarla. Solo en una ocasión más consiguió alcanzarla con un disparo, que impactó en la parte trasera del muslo, provocando un grito de dolor en la chica, que siguió corriendo tras un leve tropezón. Jose Antonio y Javi seguían en paralelo a la chica, tratando sobre todo de no perderla de vista, más que de darle alcance.
  • "Aquí Oscar. Acabamos de llegar al muro del final de la finca. Nos hemos encontrado aquí con el equipo 2, o sea que estamos 4. ¿Habéis llegado vosotros?".
  • "No. Todavía no", contestaron los equipos 1 y 2.
  • "Vamos avanzando pegados al muro para cerrarle la escapada. De esta no se escapa. Oigo que alguien se acerca corriendo o sea que nos escondemos para cazarla".
Los cuatro se escondieron ocupando unos 12 metros de terreno, de forma perpendicular al muro.
  • "Mirarla. Ahí viene corriendo. Joder que buenísima está", susurró Jesus en el talkie.
  • "Sí. La vemos", respondieron sus 3 compañeros".
  • "Emilio, Javi", tratad de que se desvíe hacia vuestra izquierda y caerá sobre nosotros".
No hizo falta, puesto que Verónica vio el muro delante de ella y optó por desviarse hacia su izquierda sin parar de correr. La trampa estaba tendida y vio a los otros cuatro cazadores que la esperaban escondidos entre la maleza cuando estaba a 3 metros de ellos y los cuatro se levantaron casi a la vez apuntándole con sus rifles de bolas.
  • "¡Al suelo zorra!, o te acribillamos ahora mismo", dijo Jesús.
Verónica dudó unos segundos , que bastaron para que sus perseguidores Emilio, Jose Antonio y Javi llegasen también a su altura y la acorralasen ya completamente.
  • "¿No has oido, puta?. Tírate al suelo ya coño o disparamos ahora mismo", dijo Javi extenuado de la carrera.
  • "Por favor no me hagáis nada. Por favor, no", dijo Verónica andando hacia atrás mientras sus cazadores la seguían manteniéndose a unos 4 metros de distancia de ella apuntándole con los rifles.
Verónica, de forma desesperada se lanzó a un árbol para tratar de escalarlo, lo cual hizo que dos de los cazadores comenzasen a disparar sobre ella a bocajarro. No pudo ni subir un metro por el tronco del árbol, ya que el dolor de los impactos la hicieron caer al suelo sobre una zona de hierba blanda, momento que aprovecharon Jesús y Javi para lanzarse sobre ella y sujetarla los brazos con fuerza contra el suelo.
En ese momento llegó Marcos, que era el único que se había quedado rezagado en la persecución.
  • "Maldita zorra no te muevas tanto que va a ser peor", amenazaban los que la sujetaban, mientras Oscar sacaba las esposas de su equipo y se las colocaba, dejándola maniatada a la espalda y también la colocaba la correa de cuero con la cadena atada al cuello.
  • "¡¡Nooo!!, dejadme por favor. No me hagáis daño. Por favor", gritaba Verónica.
  • "Joder que tía más buenísima chicos. Yo me la follo ahora mismo. Después de la carrera que me ha obligado a pegarme no puedo aguantar más", dijo Emilio desabrochándose la bragueta y sacando su empinada polla. "Venga chicos sujetádmela que me la tiro ahora mismo. Así va a aprender a obedecer cuando se la diga que se esté quieta en lugar de seguir corriendo".
  • "¡¡Nooo!!, por favor. Eso no", gritaba la chica.
Dieron la vuelta a Verónica dejándola tumbada boca arriba y la inmovilizaron uno tirando de la cadena que tenía atada al cuello, otro sujetando su tobillo izquierdo y otro el derecho abriéndola de piernas para permitir la violación del compañero. Emilio se tumbó sobre la chica sin esperar un momento y mientras con una mano sobaba los pechos de Verónica, con la otra primero puso algo de saliva en la entrada del coño de la chica y luego se sujetaba la base de la polla para hacer más fuerza y permitir la penetración en su nada lubricado sexo. La chica gritaba y trataba de resistirse inútilmente a la penetración, pero en pocos segundos, la polla de su primer violador se iba abriéndo camino dolorosamente en su coñito.
  • "Chicos, que pasada. Esta tía es estrecha de cojones. Qué pasada joder".
  • "Espera que yo te acompaño. Yo quiero que me la chupe, dijo Marcos. Tiene cara de chupona la muy puta", dijo mientras se sacaba la polla y se sentaba al lado de la cabeza de la chica. "Venga abre la boca ya traga, zorra".
Marcos cogió la cabeza de la chica y la giró, colocándo su polla en sus labios. Verónica ya había sido penetrada vaginalmente, pero se resistía a comerle la polla con olor a sudor de aquel desconocido. Sin embargo unos tirones de la cadena que la ataba su cuello hicieron que abriese la boca instintivamente para tratar de respirar, momento que su violador aprovechó para meterle la polla en la boca y obligarle a chupársela.
  • "¡¡Nnnnnnggggooo!!. Poggg favogggg. Bagggtaaaaa", gritaba Verónica con la boca llena de polla.
  • "Vaya chicos, veo que no perdeis el tiempo", dije yo que en ese momento llegue donde estaba ocurriendo la violación.
  • "Ya ves tío. Joder que buena está la zorrita esta", dijo Oscar que era el que en ese momento sujetaba una de las piernas abiertas de Verónica.
  • "Dadle bien chicos, que al final igual hasta le gusta el mango".
El primero en correrse fue Emilio, que descargó entre gemidos en el interior de la chica. En cuanto le sacó la polla otro compañero le sustituyó y se la folló por el conejito. Luego fue Marcos el que descargó su semen en la boca de la chica sin avisarla, por lo que tragó lo que pudo y lo que no le rebosaba por la comisura de los labios. Marcos también fue sustituido por otro cazador y así sucesivamente hasta que 4 de los chicos probaron su conejito y otros 4 su boquita. Cuando terminaron, Verónica estaba empapara de semen y sudor y gemía por la brutal violación en grupo recibida.
  • "¿Chicos me dejáis participar para enseñaros algo?.
  • "Como no jefe. Tú eres el organizador de esto. Adelante. Fóllatela si quieres".
  • "Quiero daros una recomendación para dar por culo a esta o a las otras chicas. Si las folláis a lo bestia por el culo igual se lo desgarráis y no quiero dar explicaciones a nadie".
  • "Claro. Eso está hecho. Yo desde luego quiero dar por culo a todas las nenas o sea que adelante".
Todos asintieron, o sea que ordené a los chicos que diesen la vuelta a la chica y le colocasen los grilletes en los tobillos. Así hicieron y yo para inmovilizarla me senté en sus muslos justo debajo de su culo.
  • "Ya veis que todas las chicas tienen unos culetes fantásticos o sea que yo os recomiendo que disfrutéis de ellos cuanto queráis, pero es mejor ir poco a poco con los culos de estas chicas, ya que sino podemos tener problemas. Lo mejor es primero lubricarle un poco el ojete con saliva así", le dije mientras abría las nalgas de la chica y escupía en su ano en varias ocasiones, a la vez que con dos dedos de mi mano derecha le extendía la saliva por su apretado esfínter.
  • "No por favor. Eso no. No lo podré aguantar por favor", decía Verónica lloriqueando.
  • "Hay que lubricar bien la parte de fuera del ano y también meter al menos un dedito para lubricar lo que es el músculo del esfínter y que la polla deslice bien", les explicaba mientras metía mi dedo índice derecho hasta el fondo de su culo, entre sus gemidos de dolor. "También os recomiendo que la hagáis que os la chupe antes de follaros su culo, sino no deslizará bien la polla y no os dará tanto gusto, pero ahora yo se la meteré sin chupadita, ya que le he dado bien de saliva y creo que será suficiente".
En esa postura Verónica no podía casi moverse o sea que se la metí sin más preparación hasta el fondo del culo. La chica gritaba y agitaba la cabeza, pero no podía resistirse de otra manera mientras mi movimiento de vaivén comenzaba y mi polla entraba y salía de su ojete.
  • "Joder que fácil le ha entrado. Esta zorra está acostumbrada a tomar por detrás me parece a mí", dijo uno de los chicos".
  • "Seguro que el jefe se la ha metido ya unas cuantas veces".
  • "Pues no os engaño. La verdad es que ya había probado su culo, pero os prometo que es estrecho de verdad. Cuesta un montón metérsela hasta el fondo, pero al final le entra. Solo es intentarlo".
Estuve 15 minutos dando por culo a la chica, sacando completamente mi polla para hacerla sufrir un poco más un montón de veces. Finalmente me corrí en su ojete, dejando a los 8 cazadores que uno tras otro fuese probando el agujero trasero de la chica hasta correrse en su interior. Los gritos de Verónica no pararon hasta que Oscar terminó de darle por culo, ya que la polla de este era especialmente gruesa y se movía con gran velocidad.
Cuando el último cazador terminó de pasar por su culo, la quitaron los grilletes de los tobillos y sujetándola por la cadena del cuello la obligaron a andar de vuelta hasta la casa. En cuanto se levantó, la dilatación de su ojete junto con la gran cantidad de esperma que tenía en su interior hizo que un pequeño rio de semen chorrease por su pierna derecha hasta el suelo.
  • "Joder, parece que caga leche. Qué pasada", comentó uno de ellos.
  • "Ya te digo. Ahora en cuanto lleguemos a la casa hay que lavarla bien para seguir jodiéndola todo el fin de semana".
  • "Venga camina rápido coño", dijo Jose Antonio que era el que la sujetaba por la cadena del cuello para que no se escapase.
En vista de que Verónica andaba muy despacio, Jose Antonio optó por disparar a bocajarro una bola en las nalgas de la chica. Eso hizo que diese un grito de dolor entre las risas de todos y comenzase a andar al ritmo que le pedían sus cazadores.
  • "Tú no hagas lo que te mandemos y verás que risas nos echamos", le dijo Jose Antonio apuntándola de nuevo con su rifle de pelotas.
Después de unos 50 minutos caminando a buen ritmo, llegaron por fin hasta el jardín de la casa, donde esperaba la jaula abierta desde la que la chica había sido liberada. Jose Antonio la apuntó con el rifle obligándola a entrar en la jaula, cuya llave les entregué tal y como había acordado con ellos.
  • "Dadme un poco de agua por favor. Necesito beber", rogó Verónica entre sollozos
  • "¿Ahora tienes sed, zorra?. Si no hubieses corrido tanto, no estarías tan cansada y no tendrías tanta sed. Me parece que te lo vas a tener que ganar o sea que aguanta un poco".
Era la 1 del mediodía y hacía realmente calor al sol, por lo que los chicos decidieron dejar a Verónica al sol mientras ellos se preparaban unos cubalibres para celebrar la primera captura. A los 15 minutos salieron nuevamente al jardín con los cubalibres de la mano, para bañar a Verónica antes de seguir con sus juegos.
  • "Ese es el sitio perfecto", dijo Emilio señalando un pórtico de piedra que parecía para dejar el coche a la sombra. "Sácala y la atamos de esa viga que parece fuerte para darle un buen manguerazo".
José Antonio agarró la cadena del cuello de la chica con fuerza y abrió la jaula obligándole a salir apuntándole con el rifle. Verónica obedeció y dejó que le cambiasen las esposas a la parte delantera en lugar de tenerlas atadas a la espalda. De esa forma ataron una cuerda a la viga y la suspendieron a un palmo del suelo atada por las muñecas. Verónica se agarraba con las manos a la cuerda como podía, porque sino era demasiado doloroso estar colgada por las esposas.
  • "Ahora la voy a tapar la boca con esta cinta de embalar para que no beba el agua. No quiero que beba agua hasta que yo la deje", dijo uno de los chicos.
Marcos era el encargado de lavar a la chica o sea que cogió una manguera preparada con una boquilla cónica difusora para lavar coches y la enchufó a Verónica con agua fría. A pesar del calor de Palencia en esos días de verano, el agua salía de un pozo y estaba realmente fría, lo cual hacía que Verónica se retorciese e intentase chillar mientras sus captores de divertían enfocándole el helado chorro de agua a la máxima presión hacia sus pechos. Después de 20 minutos de agua helada, Marcos cogió una esponja con gel y frotó perfectamente todo el cuerpo de la chica, concentrándose por supuesto en sus pezones, duros como una piedra por el efecto del agua fría, en su entrepierna y en su culo. Una vez enjabonada, volvió a coger la manguera y aclaró a conciencia en cuerpo de la chica, divirtiéndose nuevamente mientras ella se retorcía por el frío. Después de 10 minutos de aclarado se le ocurrió algo para lavarla a conciencia y bajando la presión del agua hasta aproximadamente la quinta parte se acercó a la chica, la cogió por la cintura con el brazo izquierdo y con el derecho dirigió la manguera al ano de la chica que comenzó a agitarse con todas sus fuerzas intentando gritar sin conseguirlo.
  • "Coño, Marcos. Ya eres pervertido tú también. ¿Qué cojones quieres hacer a la chavala?".
  • "La voy a lavar bien el culo. ¿No os apetece?".
  • "Joder. ¿La vas a meter la manguera por el culo?".
  • "Sí. Como una buena lavativa. A si cuando la volvamos a dar por culo tendrá el culete limpio y fresco como el de un bebé. Venga, echadme una mano que no se deja la muy puta".
Verónica se movía y hacía imposible a Marcos el meterle la manguera por el culo como él quería, o sea que se acercaron Emilio y Javi que sujetaron a la chica uno por cada muslo, suspendiéndola en el aire un poco, permitiendo que Marcos metiese la boquilla entera de la manguera por el culo de Verónica que no dejaba de intentar gritar como una loca ni un momento. El agua seguía saliendo sin parar por la manguera, por lo que Marcos optó por dejar 30 segundos la boquilla en el culo de la chica. Cuando se la sacó, el agua comenzó a salir a presión del intestino de Verónica arrastrando toda la mierda que tenía en su interior.
  • "Aprieta bien, zorra, que no quede ni una gota de agua en ese culo", dijo Marcos.
Repitió la operación un total de 10 veces por el simple hecho de torturarla y humillarla un poco más, lo cual le daba un gran placer. En la última ocasión dejó la boquilla en su culo metida hasta que la propia presión del agua la hizo salir disparada. El agua salía del culo de la chica totalmente limpia, o sea que la lavativa había sido un éxito evidente.
  • "Perfecto. Ahora sí que está limpita de verdad. Déjadla unos minutos colgada al sol que enseguida estará seca y nos la follamos otra vez", dijo Marcos.
Los compañeros obedecieron y se tomaron el cubalibre tranquilamente sentados en unos bancos que había en el jardín, viendo como la pobre Verónica estaba colgada sin moverse para no hacerse daño en las muñecas.
  • "Bueno, voy a soltarla", dijo Jesús. "Ayudadme a atarla las muñecas atrás y los tobillos para que no se escape corriendo".
Dos compañeros le ayudaron a bajar a la chica, quitarle la cinta de embalar de la boca, atar sus tobillos y esposar sus muñecas a la espalda. En su cuerpo se notaban pequeños moratones consecuencia de los disparos de las bolas de agua de los rifles. 3 en sus nalgas, 1 en su espalda, otros 3 en sus muslos y un par más en los brazos.
  • "¿Tenías sed, no zorra?", le preguntó Jesús.
  • "Sí. Por favor necesito algo de agua", dijo Verónica.
  • "Como castigo por no haberte dejado cazar antes, hoy no beberás agua. Solo vas a beber leche, pero la tienes que empezar a mamar de nuestras pollas. Eso seguro que también te quita la sed. Empieza por el chico del fondo", dijo señalando a José Antonio, "te vas a poner de rodillas delante de cada uno y chuparnos la polla hasta que nos corramos en tu boca. Si te tragas todas nuestras corridas seguro que se te quita la sed. Si no te joderás sin beber y probablemente nos la tengas que chupar igual".
  • "Por favor. Eso no. Por favor, no me hagáis eso".
  • "Venga, no te hagas de rogar que sino no bebes agua".
La polla de José Antonio estaba ya fuera de su bragueta apuntando al cielo, esperando que la boca de Verónica comenzase a chupetearla. La chica con las esposas y grilletes anduvo con dificultad hasta donde estaba José Antonio para lo cual pasó por delante de varios de los chicos, que aprovecharon la circunstancia para darle un azote en el culo según pasaba. Una vez frente a José Antonio se arrodilló en el suelo y en una posición incomodísima, por tener las manos atadas esposadas a la espalda, comenzó a mamarle la polla.
  • "Bufff, chicos que pasada. Esta tía es una mamona de primera".
  • "Ya veo ya", respondió un compañero.
Poco a poco, José Antonio iba forzando a la chica a tragar más al fondo su polla cogiéndola por la cabeza y empujándola hacia él. Verónica se quejaba con sonidos guturales, pero sus manos atadas hacían que no pudiese oponer resistencia alguna a las manos que empujaban su cabeza forzándole a tragar más al fondo la polla. En un par de minutos, consiguió hacer que la chica tragase su polla hasta el fondo de la garganta, provocándole arcadas en los primeros instantes. Poco después ya se acostumbró a tener una polla metida en su garganta y visto eso, José Antonio comenzó a moverse dentro y fuera de su boca con rapidez. La saliva de la chica le caía por la barbilla goteando al suelo, debido a lo forzado de la mamada.
  • "Traga zorra, que va. Toma eso guarra. Trágatelo todo. Todo para ti, pequeña", decía José Antonio entre gemidos mientras descargaba su corrida en el interior de la boca de la chica que tragó hasta la última gota. "¡Joder!, que mamada más rica chicos. Esta tía es la hostia, jefe", exclamó dirigiéndose a mí, que en ese momento seguía filmando la escena.
Uno a uno, Verónica fue mamando las pollas de todos los participantes. Todos abusaron de ella de igual forma, cogiendo la cabeza de la chica y follándose su boca, sin dejar que ella se la chupase normalmente. También todos y cada uno de ellos se corrieron en su boca, llenándosela de leche, que Verónica tuvo que tragar.
Había llegado la hora de comer, o sea que los cazadores dejaron a Verónica atada por el cuello a un banco como si se tratase de un perro y comenzaron a preparar la barbacoa. En un rato comenzaron a comer unas chuletas regadas con buen vino en el jardín de la casa bajo la mirada de Verónica que no había comido nada desde ayer a medio día. Yo bajé a la bodega un plato de carne y un par de botellas de agua para Lisa y para Anita, que seguían dentro de sus jaulas. Al fin y al cabo ellas no habían participado todavía en el "juego" y tenían derecho a comer.
Después de comer vinieron las copas y posteriormente alguno optó por dormir un rato de siesta mientras otros jugaban a las cartas y solo uno, Marcos, se volvió a acercar a Verónica a la que obligó a ponerse a cuatro patas para proceder a volver a introducir su polla por su culito. Verónica gimió de dolor por la nueva violación, pero aguantó sin gritar esta vez. Marcos le sacó la polla del ojete una y otra vez, para volvérsela a meter después de obligarle a chupársela. Verónica tenía arcadas por hacerle chupar su polla con sus propios jugos anales. Aún así tuvo que hacerlo y soportar la sodomización del cazador hasta que se corrió dentro de ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario